Palabras y Voz al Corazón de Lucena, Pregón de las Glorias de María Stma. de Araceli 2014

03 de Mayo del 2014

Hoy a las 20:30 horas en el Palacio Erisana, comenzaba el acto de la proclamación de la Aracelitana Mayor y su Corte de Honor, con la entrada al teatro, del cortejo encabezado por los ediles Lucentinos, María del Mar Morales y Manuel Lara, seguidos por las señoritas María Vigo Fernández de Villalta, Carmen González Muñoz, Carolina Osuna Cuenca y  Araceli González Muñoz, acompañadas por Agustín Antrás Roldán, José María Morillo-Velarde Seco de Herrera, Antonio Pineda Gallardo y Gregorio Espejo Jiménez respectivamente, cerrando la comitiva los damitos de honor, que precedían a Isabel Vigo Fernández de Villalta, que era llevada del brazo por D. Juan Pérez Guerrero, alcalde de nuestra ciudad, al escenario del Palacio Erisana.
 
Tras la lectura del fragmento del pleno ordinario celebrado el 25 de febrero de 2014, por Agustín Lara González, responsable del area de protocolo del Excmo. Ayuntamiento de Lucena, fueron impuestas las bandas a la Corte de Honor por sus acompañantes, para finalizar con la proclamación por parte de D. Juan Pérez Guerrero de la Aracelitana Mayor, imposición de banda y entrega de un pergamino.
 
A las 21: 20 horas, María del Mar Morales, Concejal de Fiestas del Excmo. Ayuntamiento de Lucena 21:20 procedió al encendido del alumbrado especial para estas fiestas. Para a continuación partir desde las puertas del Consistorio el cortejo oficial, que llegaría a la Parroquia de San Mateo Apóstol, con los sones de la marcha de infantes.
 
Para este primer acto de estas Fiestas Aracelitanas que hoy han dado comienzo, en  la Parroquia de San Mateo se dieron lugar un gran numero de fieles, devotos, autoridades civiles, eclesiásticas, miembros de Hermandades y Cofradías y la grata presencia del Hermano Mayor de la Real Archicofradía, Antonio Crespillo Guardeño.
Gregorio Espejo Jiménez  tras invitar a los asistentes al rezo de la Salve y posterior saludo a los asistentes dio lectura al acta de la sesión ordinaria del 8 agosto 2013 en el Real Santuario, donde se proclamó por méritos cofrades y literarios a Agustín Antrás Roldán como pregonero de las Glorias de María Stma. de Araceli.
 
D. Joaquín Pacheco Galán ante el atril de San Mateo comenzó saludando a los presentes, para dar comienzo a su presentación, haciendo alusión al transito de la Pasión, al gozo, con la visita de Nuestra Madre, que puntual acude a la cita de sus hijos, para con ellos sentir gozos y penas “Con Su llegada es el mismo cielo el que baja a Lucena”.
 Se refirió al pregonero como una persona suficientemente conocida en Lucena por su compromiso personal con instituciones lucentinas y destacó sus intervenciones en estas lides, pregonando la Semana Santa de Lucena, a Ntro. Padre Jesús Nazareno y Santa Teresa.
D. Joaquín quiso elegir para presentar al Pregonero, no sus datos biográficos o su rica formación ni su colaboración con varias instituciones, si no con dos dimensiones de su personalidad, que serían claves interpretativas de su pregón: Las mejores esencias de Lucena y su vivencia de la fe cristiana, en la que no puede entenderse la fe sin Ntro. Padre Jesús, ni la Virgen de Araceli.
En el grito ¡Viva Ntra. Madre!, Fray Joaquín vio resumidas estas Fiestas y reflejó en la figura del pregonero el símbolo de la manijería, ante una cuadrilla formada por todo el pueblo, invitandolo a poner palabras y voz  al corazón de Lucena.
 
Con el saludo Ave María Purísima y saludo a Nuestra Madre, Agustín Antrás Roldán comenzaba su Pregón de las Glorias a María Stma. de Araceli, en el que el pregonero pretendía ser la voz del Pueblo Aracelitano.
Alabó la suerte de nuestra Ciudad de Lucena, a la que Dios ha dado a Su Bendita Madre y recordó pasajes bíblicos en los que Ella está presente, desde su Concepción, hasta el momento de Pentescostés, incluso revistiendola de Bienaventuranzas.
Antrás dedicó a su madre de la tierra, este Pregón a su Madre del Cielo y, a la memoria de Gaspar Villa Fernández , de quien recibió una lección de “vivir y morir en cristiano”.
En su saludo hizo mención al Hermano Mayor de la Archicofradía, Antonio Crespillo, quien otorgara esta labor, deseándole una pronta y total recuperación, prosiguió su saludo a las monjas Agustinas Recoletas y Carmelitas Descalzas, al Presentador, a la Aracelitana Mayor, Corte de Honor, pajes y damita.
Para la redacción de su Pregón, Agustín Antrás confesó el uso de su “Herencia aracelitana”, de la que extrajo recuerdos de niño, cuando su padre era mayordomo de la Virgen, a la que recordaba vestida de blanco inmaculado, recorriendo en su Trono neogótico una Lucena empedrada , precedida por filas de fieles, la Función  Religiosa, los cantos de la Coral lucentina, el pregón que se celebraba el sábado en el Palacio Erisana, la marcha de infantes, una ofrenda de flores, con menos flores y con no menos amor, la Novena, el Besamanos y recibir y despedir a Nuestra Madre en sus romerías.
En la siguiente parte del pregón, Antrás rememoró sus dos visitas a la Basílica de Ara-Coeli, en la Ciudad Eterna, donde todos los Lucentinos que viajan a ella, peregrinan para postrarse ante el Icono Bizantino de la Virgen Santísima, como así lo hiciera el Marqués de Comares.
Las presencia de María entre nosotros fue descrita desde el cambio en la estación primaveral, que nos invita a volvernos a Ella, resaltando de su llegada a Lucena, al paso por Su Casa de la Calle Maquedano,  en la que parece volver Su vista, lugar del que destacó el trabajo que realizan las mujeres del “Taller de María”, que conservan y realizan la ropa de la Virgen Santísima, así como el ajuar Litúrgico.
De Su estancia en San Mateo, “La Virgen se ve dichosa rodeada de sus hijos lucentinos, nos escucha y se alegra de nuestra presencia”, apelando el pregonero nuestro silencio en nuestras visitas, ofreciendo todas nuestras palabras hacia Ella, especialmente en el rezo del Santo Rosario, definiéndolo como la melodía mas grata para Sus oídos.
El Día de Nuestra Madre fue descrito desde su primera hora en la que recibe la visita de los Campanilleros de la Aurora, pasando por el repique de campanas,  la Función Religiosa, Su salida de la Parroquia de San Mateo, para pasear por nuestras calles; por las que en forma de verso pidió al Manijero que en el recorrido conjugara la santería con ruegos a Nuestra Patrona, finalizando la descripción de Su Día con el momento de volver a Su Templo.
Posteriormente hizo el Pregonero mención al Mártir lucentino Raimundo García Moreno, que en el pasado mes de octubre fue elevado a los altares y, que en mayo del 1936 visitó su ciudad natal, siendo pocos meses después fusilado en Málaga, por el hecho de ser Religioso; describió a este como el mejor de los nacidos lucentinos, reivindicando para su nombre un rincón de nuestra ciudad.
“Necesitamos contemplarte de cerca” así le hablaba a Ella en nombre de todos los que nos acercamos a besar Su mano, de las que el orador resaltaba sus caricias a Jesús en el pesebre, siendo niño, como las apretaba cuando estaba perdido en Jerusalén, recibiendo Su cuerpo frío desde la Cruz, y cuando se unieron en la Ascensión de Jesús, así como de ellas recibimos tantas gracias.
Finalizó la descripción del tiempo que la Virgen habita en Su Pueblo, haciendo mención a la visita que este año realizará a la Iglesia de San Pedro Mártir en su última semana de estancia en Lucena, para al final regresar a Su Santuario, dejando una peculiar tristeza por la ausencia física de la Madre Dulce y Buena.
Rozando el final del pregón, Agustín  nos alentaba a continuar con nuestro amor a la Virgen, que igual que nos entregaron nuestros antepasados, debemos transmitir a nuestros sucesores, así como a acudir al Real Santuario a implorar sus favores y agradecer lo que de Sus manos recibimos.
 Concluyó con un emotivo soneto, que partía desde el primer verso del Himno de la Virgen y, volviendo su figura hacia Nuestra Madre, pidió que sus propias palabras den fruto de amor y en nuestro último día merezcamos ser acogidos por Ella para cantar eternamente Sus glorias ante Su Trono Celestial.
Al bajar del Presbiterio, la Sociedad Didáctico Musical  Banda de Música de Lucena interpretó el Himno de la Stma. Virgen, que fue cantado por todos los asistentes.
El Cortejo Oficial Volvió al Ayuntamiento desde el Templo al son de la marcha de infantes.
 
 
Foto: Paseillo

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