A las 20:30 horas en la Casa Museo de la Virgen, José Luis Sánchez Arjona ofrecía la conferencia "La Virgen vestida de camino, una secular tradición lucentina”.
El cronista aracelitano era presentado por Rafael Ramírez Luna, hermano mayor de la Real Archicofradía de María Stma. de Araceli; resaltando su capacidad de investigación y gran conocimiento de las tradiciones lucentinas, patrimonio y costumbres. Gran devoto de María Stma. de Araceli, José Luis Sánchez ha desarrollado durante los últimos treinta años el trabajo de mayordomía, al discreto servicio de Nuestra Patrona. Persona perfeccionista, meticulosa e innovadora, siendo promotor y responsable en parte de que María Stma. de Araceli vuelva a lucir el traje de camino en su Romería de Bajada cada penúltimo domingo de abril.

José Luis Sánchez Arjona realizó un recorrido histórico sobre el atuendo que María Stma. de Araceli ha lucido en el traslado desde su casa serrana hasta Lucena.
En el pasado, por motivos de obras del Real Santuario o bien situaciones difíciles y extremas, María Stma. de Araceli era traída de incógnito, por el camino de Granada y portada por cuatro hombres sobre sencillas parigüelas desde el Real Santuario, era llevada hasta la Ermita del Santo Cristo de la Santa Paz y Santa Lucía, para ser trasladada días después en procesión general a la Parroquia de San Mateo.
A principios de la centuria decimonónica, María Stma. de Araceli visitaba Lucena en cuaresma, siendo en marzo de 1808, ante la inminente invasión napoleónica, cuando Nuestra Patrona era traída de forma providencial a Lucena, descansando en el Convento de las Carmelitas Descalzas. Esta congregación religiosa fue la que impuso al Divino Niño una ovejita con el corazón de todas las religiosas, que luciría desde la segunda mitad del S. XIX.
Posteriormente la Virgen repetiría su visita a los conventos, hasta que en 1857 el prelado lo prohibiera, obligando la permanencia de Nuestra Patrona en su sacristía durante cuaresma y Semana Santa.
Durante esta época María Stma. de Araceli permanecía en Lucena todo el verano, regresando a su santuario en los meses de septiembre u octubre, vestida con ropa de camino o atuendo de viaje, de la misma manera que las grandes damas hicieran; compuesto por un bohemio o camisón de largas y estrechas mangas, enaguas, falderín con aros de ballenas colocado en la cintura o “tontillo”, sustituido en el Siglo de Oro por el guardainfante, usado por las damas de la alta nobleza que confería la forma abultada y campanada, falda denominada pollera, sustituida en ocasiones por un armazón de aros forrados de telas, que ahuecaba la falda exterior y ensanchaba las caderas, constituyendo lo que se llamara el verdugado; por último una saya de mucho vuelo, que cuando iba abierta por delante adquiría el nombre de saboyana. Un encorsetado monillo con puños ceñía el talle de la Santa Imagen, cubriendo sus hombros y fina cintura, lucía un manto corto. La cabeza era cubierta por una orejera o toca de tela encañonada, a la que se añadía un bonito sombrero que completaba el arreglo. En la mano derecha empuñaba un báculo adornado con flores, mientras que la mano izquierda sostenía al Divino Infante, que lucía túnica o faldón, que llevaba en la mano algunas florecillas, y sobre su cabecita un sombrerito adornado con avenas.

Sánchez Arjona explicaba que es indebido decir que María Stma. de Araceli realiza la Romería de Bajada con el atuendo de pastora, o caer en la confusión de que su atuendo guarda relación con la devoción mariana difundida por los capuchinos, propagadores incansables del culto a la Madre de Dios bajo el titulo de la Divina Pastora de Almas.
Los inventarios de bienes y alhajas del Santuario Aracelitano ofrecen anotados con la mayor claridad y expresión las mantellinas y sombreros que la Virgen usaba.
En un inventario realizado en 1716, contaba Nuestra Señora con cinco mantellinas, más un sombrero de castor forrado con tafetán rosado, bordado a joyas hilo de oro y piedras verdes y blancas, y por orla, en el ala, una vuelta de perlas de Roma. En cuanto al sombrero del bendito niño era blanco y estaba forrado en raso azul. En el inventario de 1735, se añade que las piedras verdes y blancas del sombrero de la Virgen eran ordinarias, y que como adorno llevaba un plumaje encarnado. Otro inventario posterior, el de 1783, incluye tres manteletas de camino y da los nombres de sus donantes, En relación con el sombrero de la Virgen refiriéndose a las Hermanas doña Rosa y doña Victoria Chacón pone “lo bordaron las chaconas”.
También, en el archivo histórico municipal, se incluye entro otros gastos una mantellina de blonda para la Bendita Señora.
José Luis Sánchez hablaba de la más antigua representación icónica de la Virgen de Araceli con ropa de camino, realizada por el pintor lucentino Francisco López, quien a devoción de la muy ilustre señora doña María Concepción Valdecañas y Aiyon de Lara, baronesa de Gracia Real y Madre que fue del Obispo Domínguez Valdecañas, dibujó a María Santísima en el modo y forma en que la condujeron al santuario en la tarde del 26 de septiembre de 1800, de la que sacaron varias ediciones, algunas en seda, las cuales muestran a la Santísima Virgen en las andas de camino, con sombrero, capellina y báculo.
Aparece la Virgen, en la litografía parisina, mostrando su cabellera de pelo natural, tocada la cabeza con sombrero de aire un tanto afrancesado y jacobino de mancha ala, adornado con avena y flores secas, lleva manteleta de viaje y empuña el báculo de plata sobredorada, obra de francisco de Paula Martos, que para cuando la señora se pone de camino le regalaron el 24 de septiembre de 1802 los panaderos y molineros de harina.
Vestida también con ropas de camino, vemos también a Nuestra Madre en las convocatorias de cultos litografiada en Málaga por Ortigosa con el programa de actos y TEDEUM, programada a raíz de la declaración dogmática de Augusto Misterio de su Concepción Inmaculada, de igual manera y sobre sus andas de plata. También aparece representada en los carteles impresos por Tenllado, que se conservan mediante los que era convocado el pueblo para asistir a los triduos, novenarios y funciones religiosas solemnes, a lo largo del siglo XIX.
En el siglo XX, la prensa local nos ofrece las tres noticias que siguen: “la primera del domingo 11 de septiembre de 1914, la Virgen regresó a la Sierra, la llevaban en andas de plata con cúpula dorada con parihuelas de tres varales y cuatro horquillas, e iba vestida curiosamente con los signos de realeza, manto, cetro y corona, puesto que al parecer, la añeja costumbre de presentarla al pueblo empuñando el báculo se había perdido”.
La segunda noticia del 17 de octubre de 1915, señalaba que la Venerada Imagen realizaba el traslado a su santuario luciendo el traje de camino, retomando dicho atuendo. Igualmente, la tercera noticia del 12 de mayo de 1917, hacía la crónica del traslado al santuario, resaltando que María Stma. de Araceli vestía nuevamente el traje de camino.
En el año 1924, al fallecer la camarera Carmen Chacón Valdecañas, fue la última vez que durante este tiempo vistiera este traje. Amalia Fuerte Jauregui de Manjón-Cabeza quien la sustituyera, resultando poco exitosa la forma en la que vistió a Nuestra Patrona, decidió por tanto, no volver a vestirla con el traje de camino.
Más cerca en el tiempo, en 1986, durante el primer mandato de Francisco López Salamanca, como hermano mayor de la institución aracelitana, siendo la camarera María Dolores López de Víbora y José Luis Sánchez Arjona, jefe de propaganda; realizó María Stma. de Araceli su Romería de Bajada vestida a la antigua usanza, recuperando al cabo de sesenta y dos años una tradición olvidada y que fue del agrado de todos los lucentinos y devotos aracelitanos.
Es un hecho probado que a partir de 1986, el éxito generado por la recuperación de vestir a la Señora con el traje de camino ha ido aumentando.
La Real Archicofradía atesora junto al emblemático vestido isabelino en terciopelo esmeralda, que se encuentra expuesto de forma permanente en una de las vitrinas de la Casa Museo de la Virgen, seis trajes de camino realizados por su camarera y el propio taller de bordados, dirigido de Araceli del Espino López, que a día de hoy trabajan en la elaboración de un nuevo traje de camino para María Stma. de Araceli.

Al finalizar la conferencia, Rafael Ramírez hacía entrega a José Luis Sánchez Arjona de una imagen de María Stma. de Araceli en cristal, que el cronista aracelitano recibía emocionado.
Foto: paseillo.es