Francisco Zurita Huete. Foto: paseillo.es.

El pregon de Pregón de Semana Santa 2014, en imágenes

Francisco Zurita Huete protagoniza el Pregón de Semana Santa en San Mateo, acompañado por emotivos reconocimientos y homenajes al mundo cofrade lucentino.

13 de Abril del 2014

La Iglesia Mayor Parroquial de San Mateo se abrió ayer sábado de Pasión, a las 21:00 horas, con el Pregón de Semana Santa a cargo de Francisco Zurita Huete, quien fue presentado por el cronista oficial de Lucena, Francisco López Salamanca.

El acto comenzó con la lectura del Santo Evangelio según San Juan (11, 45-57) a cargo de Francisco Requerey Ramírez, miembro de la Agrupación de Cofradías de nuestra ciudad. A continuación, se leyó el acta en la que, en el punto cuarto del orden del día, se consideró y eligió al ganador del Premio Cofrade Manolo Ramírez, que en este año 2014 recayó por unanimidad en Agustín Arroyo Fernández.

El presidente de la Agrupación de Cofradías, Antonio Díaz Serrano, entregó este galardón en esta quinta semana de Cuaresma, agradeciendo al premiado toda una vida dedicada al mundo cofrade en Lucena, de esfuerzo y trabajo. “Agustín Arroyo representa el espejo en el que debemos mirarnos todos los cofrades”, afirmó. En respuesta, Agustín Arroyo agradeció a las Cofradías y a los Santeros, dedicando también este reconocimiento a la Cofradía del Santísimo Cristo del Amor y María Santísima de la Paz (Campanitas).

La Sociedad Didáctico Musical, Banda de Música de Lucena, aportó solemnidad al acto interpretando marchas compuestas por Fernando Chicano Muñoz en conmemoración del centenario de su nacimiento. En concreto, se escucharon “Cofradías de Lucena”, seguida de “Por las calles de Lucena” y finalizando con “Santería y Penitencia”, en las que destacó el toque del torralbo en la primera y última.

El presentador, Francisco López Salamanca, dirigió la salutación de rigor al Reverendísimo Vicario de la Campiña, sacerdotes, presidentes y hermanos mayores de las Cofradías y Hermandades de Lucena, al alcalde, miembros del Ayuntamiento, autoridades civiles y militares, así como a las monjas Agustinas Recoletas e Hijas del Patrocinio de María, hermanos y amigos en la fe. En su intervención, resaltó el significado particular y el orgullo que supone abrir la presentación del pregón de Fernando Zurita Huete, respondiendo así a la cordial e inestimable invitación para esta magna labor. Dos amistades de alma unidas por una misma devoción, entrega generosa y entusiasmo hacia Nuestra Madre, Señora y Patrona, María Santísima de Araceli. Describió al pregonero como un hombre de gran sencillez, nobleza y prudencia que el destino hizo salir de Lucena, pero que en ningún momento olvidó su pueblo ni perdió su identidad lucentina. Prueba de ello es su labor incansable y su actividad como presidente de la Hermandad en Madrid de la Real Archicofradía de María Santísima de Araceli.

Tras describir su trayectoria, andadura y reconocimientos, lo presentó como un transmisor de vivencias a través del prisma de la distancia, cediéndole la palabra con la emotiva expresión: “Querido amigo, tuyo es ya este acto”.

Después de las salutaciones, el pregonero se puso bajo el amparo de Nuestro Señor y Nuestra Madre, expresando su más sincera gratitud a quienes depositaron en él la confianza para realizar el pregón de todo un Triduo Pascual. Agradeció el apoyo de familiares y amigos, así como los méritos y virtudes de su presentador. Muy emotiva fue su evocación a la memoria de sus padres, de quienes recibió toda su educación cívica y religiosa, y a sus hermanos, compañeros de desvelos. Hizo también mención especial al hermano mayor de la venerable Archicofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, Eduardo Cortés Jiménez, ya fallecido, y a la esperada recuperación de Antonio Crespillo Guardeño, a Fray Gabriel de la Dolorosa, y a los Carmelitas y Agustinas que oran incansablemente por todos. Fernando Zurita no olvidó el semillero de procesiones infantiles, símbolo y arraigo de las costumbres lucentinas, futuro de generaciones de celebrantes de la Semana Santa lucentina.

Su pregón fue un recorrido catequético de fe, esperanza y oración durante toda la Semana Mayor, con versos dedicados a Nuestro Señor en sus diferentes advocaciones. Lucena es un pueblo de alma ceñida a la penitencia y al torralbo que anuncia el camino del Calvario, con una intensa participación en la fe viva que eleva plegarias a la Virgen en la Sierra, quien responde con aires de misericordia y consuelo. Lucena es devota mariana en sus distintas advocaciones: María Santísima de la Paz, María Santísima de la Soledad, Dolores del Carmen, María Santísima de la Salud, Nuestra Señora del Socorro, María Santísima de las Angustias —señora de las lágrimas cuya hiel no encuentra consuelo—, y muchas otras, acompañando a su Hijo en todo momento de sufrimiento, culminando el Domingo de Resurrección bajo la advocación de la Virgen de los Ángeles.

Porque fue Ella quien dijo “sí”, aceptando ser sagrario vivo, la que encamina a su Hijo, llena de gracia y dulzura.

Si el Domingo de Ramos representa el Bautismo de Jesús, y el Jueves Santo la Eucaristía y su institución, para el pregonero el Domingo de Resurrección es un día bendito que evoca Jerusalén en un marco de primavera naciente, pasada ya la madrugada del Viernes Santo.

Lucena es de religiosidad sincera en todo lo que anuncia: Jesús que llega para beber su cáliz, ser azotado, amarrado a la cruz y dejar que desgarren sus vestiduras. Nuestro Padre Jesús Cautivo de Medinaceli, el Santísimo Cristo del Amor, el Santísimo Cristo del Silencio, Nuestro Padre Amarrado a la Columna, Nuestro Padre Jesús Nazareno. En Lucena, todas y cada una de las Cofradías se convierten en templos en las calles de la ciudad.

Fernando Zurita Huete pregonó la Semana Santa lucentina con conmovedores recuerdos de su niñez, de unos padres que con sumo amor le inculcaron el entendimiento del amor del Padre, y vivencias expresadas en versos que trasladan al oratorio la emoción y solemnidad del sacrificio de Dios para la salvación.

En su discurso recorrió las ceras que alumbran los tronos, los desfiles procesionales a través del arte y la imaginería, el llamado a las fuerzas y hombros robustos, la ilusión y perfección con que los santeros mecen a la Virgen o procesionan a paso seco a Cristo con sallón, pasean las imágenes, representan la lección evangélica del dolor junto al latido de los tambores, y una Lucena vibrante de devoción.

 
Imágenes del Pregón de Semana Santa 20114: VER AQUÍ

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