Imágenes de la Bajada de María Stma. de Araceli 2016

18 de Abril del 2016

Desde este santuario, que está en su punto preciso, es desde donde arrancan formalmente estas Fiestas Aracelitanas en las que ya estamos inmersos. Parten con las primeras templanzas primaverales cuando los lucentinos suben a por lo que es suyo. La ciudad, mientras, disfruta del gozo de la espera que alcanzará su plenitud hasta los primeros días de junio. El Santuario abre sus puertas cuando todo lo ocupa un bullicio que canta, baila y brinca en torno al templete de plata que lentamente desciende al ritmo de la cuadrilla de santeros entre aromas campestres y la cercanía de una ciudad que sale a la Puerta de la Mina para acoger y recibir a la que durante unas semanas ejercerá su reinado desde esta iglesia.
 
Es el camino de siempre, el de todos los años, pero en cada ocasión se recorre con la alegría del que estrena el reencuentro de la patrona. Las copas de romería que emanan de una compacta multitud, se expanden por todas las gargantas, llegando a ensombrecer, incluso, el toque de los tambores que marcan el paso a los santeros.
 
¿Hay alguna diferencia entre la bajada del otro día y cualquier otra del siglo XVII? Ninguna, os lo aseguro. El barroco sigue vivo en Lucena, no porque la Virgen sea la misma de hace cuatro siglos, no, sino porque barroco es el cortejo que se extiende por la sierra, barroco es el colorido de camisetas, gorras y sombreros; barrocos son los cantos que combinan en equilibrio perfecto lo devocional y lo festivo, y barroca es la muchedumbre siempre presente, dando vida a lo que nunca puede morir. El barroco no está reglado, en absoluto. El espíritu de este arte nace del sentimiento del pueblo, de su espontaneidad; por eso es la corriente artística predilecta de esta Andalucía que tiene aquí, en Lucena, una muestra a la que no se puede llamar neobarroco porque no tiene nada nuevo. Todo es auténtico, porque todo es eterno.
 
La entrada de la Virgen de Araceli en San Mateo es el acto que completa la simetría con la salida del santuario vivida horas atrás. La que llega vestida como Madre del Buen Pastor pronto cambiará sus galas para subrayar esa hierofanía, que como manifestación de lo sagrado, es origen y destino de sus devotos. Cuando la Patrona se cobija bajo este regio dosel cobran sentido las palabras del periodista Carlos Colón, quien afirmó al hablar del poder de las imágenes que: “Las hay que aun bendecidas no expresan en absoluto lo sagrado, mientras que otras, aun si no lo estuvieran, serían absolutamente sagradas por expresar de forma también absoluta lo sagrado de su carisma”. No hay duda: este bendito simulacro es obra de Dios.
 
Jesús Cabrera Jiménez, Pregón de las Glorias de María Stma. de Araceli 2009.
 
 
Imágenes María Stma. de Araceli en su Romería de Bajada: Ver aquí
 
 
 
 
 
Foto: paseillo.es

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