La Virgen de la Soledad
va llorando por las calles,
son sus lágrimas dulces y amargas
como suspiros, en las noches primaverales.
Es el llanto amargo de una madre,
que parece diferente
pero que al sufrir, ese llanto,
son para todas ellas iguales.
Aunque resignada mires al cielo,
y aquí, en la tierra no tengas quien te ampare,
y los Ángeles de luto, tu manto borden,
es la Virgen de la Soledad
que va llorando por las calles.
Sigue llorando, nuestra Madre
porque a su hijo, llegaron a flagelarle,
que lo coronaron de espinas,
y abrazado a su cruz hasta el calvario,
donde llegaron a crucificarle.
Que perfumen todas las flores
los rincones de la tarde,
que no se escondan los lirios de campo,
que todos los naranjos se vistan de azahares,
que las nubes del incienso
perfumen a los santeros y sus varales.
Que se crucen las saetas
como espadas en el aire,
que griten las gargantas,
que los Ángeles lo canten,
que la rosa de los vientos,
lo pregone en todas partes.
Que se entere todo el mundo,
que todo el mundo se entere
que es la Virgen de la Soledad,
que va llorando por las calles.
GUTIÉRREZ MOLERO. J, Pregón de Semana Santa de Lucena 2009, Agrupación de Cofradías, pp.29 y 30.
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