La Hermandad devuelve al culto una talla mariana de principios del siglo XIX, vinculada históricamente al antiguo convento de las Madres Filipenses.
24 de Julio del 2025
La Hermandad Sacramental de Nazarenos del Sagrado Encuentro ha culminado recientemente un nuevo e importante paso en su compromiso con la recuperación y puesta en valor de su patrimonio devocional. La corporación ha repuesto al culto a la venerada imagen de Nuestra Señora de los Dolores, una dolorosa de honda expresividad y profunda carga simbólica que vuelve así al lugar que históricamente ocupó en el retablo central del templo.
La imagen, de autoría desconocida aunque atribuida con cautela al escultor local Andrés Cordón, data de los primeros compases del siglo XIX. Representa a la Virgen en actitud de imploración, con las manos entrelazadas, la mirada perdida y los ojos cubiertos de lágrimas, reflejo fiel del sufrimiento por la Pasión de su Hijo y la premonición de su muerte.
Durante décadas, Nuestra Señora de los Dolores presidió el altar mayor del antiguo convento de las Escolapias, posteriormente ocupado por las Madres Filipenses, que mantuvieron el nombre del templo como Capilla de Nuestra Señora de los Dolores, en honor a esta advocación mariana.
Con el proceso de adaptación del templo como sede canónica de la Hermandad, el espacio litúrgico adoptó la advocación de San Felipe Neri, titular glorioso de la corporación y fundador espiritual de las Filipenses Misioneras de la Enseñanza. No obstante, la Hermandad ha querido ahora rendir tributo a la rica historia del lugar y su tradición devocional, devolviendo a la imagen de Nuestra Señora de los Dolores su papel central en el templo.
Esta reposición al culto forma parte del proyecto integral de la Hermandad de recuperación, conservación y enriquecimiento del patrimonio histórico y espiritual que custodia, reafirmando así su vínculo con las raíces devocionales de la feligresía y el entorno religioso del templo.
Con esta acción, se escribe una nueva página en la historia de la Hermandad del Sagrado Encuentro, que no solo mira hacia el futuro, sino que lo hace sustentada en los pilares firmes de su tradición y su compromiso con la belleza del culto y la memoria viva de su legado.