El acto del Pregón Extraordinario en honor del 450 Aniversario Fundacional de la Cofradía de la Soledad, que en la noche de ayer tuvo lugar en la Parroquia de San Mateo, comenzó con la intervención de Paco Huertas González, secretario de dicha Corporación, que dio lectura al cuarto punto del acta del día 13 de febrero del presente año, cuando por unanimidad Carmen Franco Arroyo fue designada para este menester, por su reconocida sensibilidad cofradiera, amor a nuestras tradiciones y dotes literarios.
Antonio Díaz Serrano, como presentador, comenzó su alocución con un poema dedicado a la Virgen de la Soledad, para continuar saludando a los asistentes.
Díaz felicitó a la Cofradía Soleana por todos los actos realizados durante este 450 Aniversario y a continuación destacó de la pregonera su ocupación en la residencia AMARA, sus estudios en Filología Hispánica, la labor que desempeña en la Junta de Oficiales de la Agrupación de Cofradías como Delegada de actividades caritativas y protocolo, así como su compromiso con la religiosidad, tradiciones y costumbres de nuestra ciudad.
El presentador señaló de quien en el próximo 2015 será pregonera de nuestra Semana Santa y que en 2011 y 2013 pregonara a Ntro. Padre Jesús Nazareno y presentara el Cartel de Semana Santa respectivamente, su devoción por las Imágenes de Ntro. Padre Jesús Nazareno, Stmo. Cristo de la Sangre y Ntra. Señora de la Soledad; haciendo una mención especial a su padre, quién le transmitiera este fervor y respeto por nuestras tradiciones.
“A mi madre”…, con esta dedicación y un verso a los Dolores de la Stma. Virgen, comenzó la intervención de Carmen Franco Arroyo. Tras el saluda de rigor, narró el momento de su designación por parte del Secretario de la Cofradía, tomando como eje de su pregón la frase que utilizó este en su proposición, “Siete son las lágrimas que tiene la Soledad en su cara”.
En los siete Dolores de la Virgen, cristalizados en forma de lágrimas, la pregonera recorrió parte de estos 450 años, vida de esta Cofradía y sus vivencias propias en torno a esta.
Primera lágrima: Profecía del anciano Simeón, que se materializa en el puñal que luce en el pecho esta Dolorosa, glosando en este apartado la historia de la Cofradía Soleana, que ha caminado en el tiempo casi a la par de su sede Secular, y que durante cuatro siglos y medio ha estado al servicio de la Señora.
Segunda lágrima: La huída a Egipto, en la que la Virgen muestra su protección maternal y en su Soledad medita la aceptación de la voluntad del Padre.
Tercera lágrima: El niño Jesús perdido en el Templo. En este punto la pregonera se centra en el templo que da cobijo a Ntra. Señora de la Soledad, relacionando a este mismo con el Apóstol que le da nombre “El Apóstol de María”, por ser la primera Iglesia en la que estuvo Nuestra Patrona, así mismo detalló el enclave dentro de su barrio de la judería lucentina y la vida que entorno a ella se acrecienta una vez llegada la cuaresma, y nombró a la Santísima Virgen, en forma de verso, como alfarera y creadora de este barrio.
Cuarta lágrima: María encuentra a Jesús cargado con la Cruz, viendo al dolor sin consuelo como otra forma de Soledad y la Soledad de Cristo en la Cima del Gólgota.
Quinta lágrima: María al pie de la cruz, en esta descripción, Carmen explicó el momento de la Cruz en el que Jesús se sintió solo ante Dios Padre, y ensalzó la Soledad voluntaria al servicio de la sociedad y de Dios de las Hermanas Agustinas Recoletas, Hermanas Honorarias de esta Cofradía y de D. Francisco Delgado en su misión apostólica en Picota.
Sexta lágrima: María recibe en sus brazos el cuerpo difunto de Jesús, describiendo los sentimientos de la Madre al tener a su Hijo sin vida sobre el seno donde sintió sus primeros latidos, el breve paso del tiempo entre el canto de sus nanas y el sollozo de su llanto o el atillo con el que fue envuelto al nacer y el sudario; haciendo la pregonera manifestación de su defensa a la vida desde su concepción. Ante este trance del traslado al sepulcro nos evocó la antigua procesión que tenía lugar en el siglo XVIII, en la tarde del Viernes Santo, en la que procesionaban junto a Ntra. Señora de la Soledad, las Imágenes de San Juan, Santa María Magdalena y el Cristo Yacente, acercando a este duelo la presencia de la mujer lucentina vestida de mantilla, que en las noches del Sábado Santo acompañan a la Soledad de María.
Séptima lágrima: Sepultura de Jesús y Soledad de María. Este dolor fue centrado en las vivencias del Sábado Santo, desde la mañana, pasando por la Santería, el Cortejo Procesional, las saetas, el tramo final en el que la Soledad presta su pañuelo a los ancianos de la residencia Nueva Aurora y una descripción celestial de Cofrades y Hermanos Mayores que contemplan con alegría la vuelta a la Parroquia de Santiago un año mas.
Concluyó el Pregón describiendo la vida cofrade y misión Cristiana de esta Corporación que nos acerca a la Resurrección sin interrupción durante 450 años.
Al finalizar el acto, Pedro Luis Gómez, Hermano Mayor de la Cofradía de la Soledad, hizo entrega de sendas placas a la pregonera y su presentador.
Desde Paseillo agradecemos a Juan Pérez que haya cedido a este medio el extraordinario material gráfico realizado en este acto.
Foto: Paseillo-Juan Pérez
