Habiendo amado a los suyos, que estaban en este mundo, los amó hasta el extremo. Así comienza el evangelista San Juan el relato de la Pasión. Acercándose a los últimos momentos de la vida de Jesús de Nazaret nos introduce en una “locura” de amor de Dios para con el hombre. El rezo del Vía Crucis es una oración llena de sabiduría espiritual que lleva al que lo reza a contemplara, es decir, a trasladarse al camino del Calvario, para poder asociarse al misterio de Cristo Redentor.
Se trata de uno de los ejercicios de piedad más propios del tiempo de Cuaresma. Los pasos de Jesús hacia el Calvario se han plasmado tradicionalmente en catorce estaciones. Son gestos humanos, grabados ante nuestros ojos, que nos muestran el designio divino de alcanzar nuestro corazón y llenarlo de vida, la vida de la gracia.
Paseíllo vuelve a adentrarse en el interior de las cofradías, y en esta ocasión fue la Cofradía de la Santa Fe la que abrió sus puertas a este medio para mostrar al mundo como trabajan durante la Cuaresma, siendo un preciado ejemplo de cómo algunas de las cofradías lucentinas preparan los Vía Crucis de sus titulares.
Finalizaban los cultos de la Cofradía de la Fe y en la Ermita de Dios Padre se respiraba el deseo de continuar con el trabajo. No estaba presente únicamente el grupo de mayordomía, los acompañaba, el hermano mayor, tesorero, secretario… personas comprometidas con la cofradía y que vinculan el trabajo a su continua presencia, prestando sus manos a cualquier labor que haya que realizar en la hermandad.
Las puertas de la ermita se abrían a la parihuela que llegaba de la Iglesia de la Sagrada Familia, ya que la cofradía de la Santa Fe la cede cada año a la cofradía de Ntro. Padre Jesús del Valle para que su titular pueda realizar su Vía Crucis. Sin duda un gesto digno de resaltar, y que nos vuelve a dar una lección de compañerismo, desinterés y nexo entre las distintas cofradías lucentinas, lejos de la rivalidad y vanidad que distan del significado propio de hermandad.
El equipo de Paseíllo fue sorprendido por la capacidad de sincronización entre las distintas personas para preparar el Vía Crucis; trabajo estudiado, resultado de años de experiencia, absoluta complicidad entre jóvenes y veteranos, que confían plenamente en las manos de los miembros de la vocalía.
Miembros de la hermandad de la Fe tomaron a Ntro. Padre Jesús Preso para trasladarlo a la parihuela, ocupando su lugar la cruz de guía.
Dos de los candelabros arbóreos del trono de Ntro. Padre Jesús en el Sagrado Lavatorio eran colocados y preparados para dar luz al Cristo durante el Vía Crucis, en la parte delantera de la parihuela, que reposaba sobre una larga alfombra roja que se disponía hasta el altar.
Ntro. Padre Jesús Preso aguardaba las jóvenes manos de Sergio León Cortés, que junto con Araceli Muñoz Lara vistieron la Imagen para el rezo del Vía Crucis en días posteriores.
Instantes en los que Sergio León se enfrentaba al reto de vestir al Cristo por primera vez, disponiendo perfectamente los pliegues de la túnica blanca con aplicaciones doradas, que sustituía a la morada, manteniendo el cíngulo dorado que rodeaba las manos de la imagen y dan sentido a su advocación.
Clavel rojo fue la flor elegida para el adorno floral de la parihuela; una a una Sergio León con la ayuda de Araceli Muñoz fue cubriendo la base, embelleciendo el conjunto; trabajo minucioso, labor para la que se requiere mimo y gusto, tal y como León Cortés nos mostró.
Cofrades, hermanos, santeros y fieles esperaban a las puertas de la Ermita de Dios Padre, mientras en su interior la junta de gobierno se reunía para preparar los últimos detalles del recorrido por las calles de Lucena.
Ntro. Padre Jesús Preso salía de su Ermita a hombros de los santeros que tendrán el honor de portar a los titulares de la cofradía de la Santa Fe el próximo Jueves Santo.
Como es tradición en esta cofradía, el pregonero de la Santa Fe del año anterior tiene la responsabilidad de redactar las catorce estaciones que se rezarán durante el Vía Crucis, siendo en este año Pedro Antonio Serena Toledano, pregonero del año 2014, quien tuviera tal honor.
Bello ejemplo el que nos muestra la cofradía de la Santa Fe, y que es repetido por las distintascofradías de Lucena, preparando los Vía Crucis de sus titulares, teniendo

lugar bien por el interior de los templos o recorriendo las calles lucentinas, siempre acompañados de personas que profesan un amor infinito por nuestro Señor Jesucristo y siguen sus pasos en cada estación de su Pasión.
Una vez más Paseíllo ha tenido el gran honor de presenciar el trabajo y esfuerzo de una cofradía durante la Cuaresma; gracias a Francisco Javier Martos Cuenca, Sergio León Cortés, Araceli Muñoz Lara, Pedro Antonio Serena Toledano y todas y cada una de las personas que conforman la junta de gobierno de la cofradía de la Santa Fe, que sin dudarlo nos apoyaron y dejaron permanecer junto a ellos durante estos momentos que se suman a los que han realizado y realizarán durante esta y futuras Cuaresmas. GRACIAS.
"Señor mío Jesucristo que nos invitas a tomar la cruz y seguirte, caminando tú delante para darnos ejemplo: danos tu luz y tu gracia al meditar en este Vía Crucis tus pasos para saber querer seguirte. Madre dolorosa: inspíranos los sentimientos de amor con que acompañaste en este camino de amargura a tu divino Hijo. Amén”.
Ofrecimiento Vía Crucis Ntro. Padre Jesús Preso. Pedro Antonio Serena Toledano, 2015.
Fotos: Paseíllo