Miguel Ángel Redondo: "El santero tiene que ser honesto consigo mismo y con los que lleva alrededor"

16 de Febrero del 2016

Miguel Ángel Redondo Calvillo es un manijero que considera la campana de Ntra. Sra. del Socorro como un sueño que tras dieciocho años lo va a ver cumplido toda su familia.
Este comercial de treinta y ocho años que se estrenaba en Ntra. Sra. de los Dolores (Servitas) en 1994 y cuenta con una dilatada experiencia como santero y manijero, desea ante todo que su cuadrilla disfrute de las juntas y del próximo Viernes Santo.  
En el Museo de la Santería conocimos al manijero de Ntra. Sra. del Socorro 2016 (http://paseillo.es/trono/ntra-senora-del-socorro/551) con el que mantuvimos una agradable charla de cómo está viviendo su manijería.
 
 
PREGUNTA: ¿Cuál es el motivo de esta manijería?
 
RESPUESTA: Más que un motivo propio, puedo deciros que es una manijería de mi familia. Por mi madre y la devoción evidentemente al Señor. Es también gracias a mi hermano Cristóbal, que tuvo hace ya unos pocos de años la brillante idea de probar a entrar en esta cofradía de vocal. Él fue el que empezó con todo esto y al final fue mi hermano Paco el que siguió adelante. Puedo decir que todo empezó por la devoción de mi madre al Señor.
 
P: ¿Qué pasos has seguido para ser manijero de Ntra. Señora del Socorro?
 
R: En el año 2000 mi hermano Cristóbal habló con Gonzalo Beato Cobos para entrar en su junta de gobierno. En ese mandato no pudimos entrar. En 2008 mi hermano Paco entró de vocal con Eduardo Cortés y el año pasado entró de cuadrillero con Gonzalo Beato Cantizani. Llevaremos esperando esto diecisiete o dieciocho años.
 
P: ¿Cómo te llega a ti esta manijería?
 
R: Mis hermanos eran los que siempre decían que si entrábamos, el manijero era yo. El día que fue la toma de posesión y el sorteo de años de cuadrillerías, estábamos toda la  familia en el campo, esperando que mi hermano Paco nos llamara. Me llamó a mí y no quiso que nadie más tuviera el móvil. No quería que nadie se enterara antes que nosotros. Lo hizo muy gracioso, porque preparó un vídeo muy bonito y seis pendrives con los 6 años, que metió en distintas jarras que tenemos en nuestro campo. Me llamó y me dijo que cogiera el pendrive que estaba en la jarra de las Campanitas. Vimos el video que tenía grabado, en el que aparecía que iba a ser manijero del Señor en 2017.
 
P: ¿Has sido más veces manijero?
 
R: He sido dos veces de San Francisco, una en su día y otra acompañando el traslado de la Virgen de Araceli, con la Cofradía Franciscana de Pasión en el 2001, de la Virgen de la Pasión y de las Campanitas.
 
P: Defínete a ti mismo como manijero.
 
R: He cambiado mucho de manijero, de cuando lo fui de la Pasión. En San Francisco, la primera vez estaba muy jovencillo. Yo era de esos manijeros muy impertinentes, lo quería todo muy serio. Ahora, será por la edad, los dejo que las juntas sean como los santeros quieran. Se puede estar en una junta seis horas cantando o tres charlando y tres cantando. De lo que se trata es de estar a gusto. Ya lo hice en las “Campanitas”,  juntas de nueve o diez horas, pero todo el mundo a gusto. Yo les digo que cuando llegue una hora prudente, el que quiera irse que se vaya, pero no se va nadie, todos se quedan allí.
 
P: ¿Realizas esta manijería por afición o por devoción?
 
R: Por devoción al Señor.
 
P: ¿Se puede ser manijero de la Virgen del Socorro sin pensar en la manijería del Señor?
 
R: Los que lo son porque no mandan el Señor sí. En las primeras copas que di en verano pregunté a mi cuadrilla si había aviado a alguien para el Señor. Dejé claro que había aviado a todo el mundo para la “Capilla”. A mí mismo muchas veces hablando, sin querer, se me escapa.
 
 
P: ¿Cómo has aviado a tu cuadrilla?
 
R: De la cuadrilla que yo tenía pensado aviar a la que he aviado varía mucho. Cambió todo el salir y el año pasado por primera vez en el Señor. Me he puesto en treinta y siete años y no había salido en el Señor y pensaba que para salir iba a tener que ser su manijero. Me puse un límite para ver cómo aviaba a la gente y pensé que como yo he salido una vez, nadie iba a salir conmigo que hubiera salido más de una vez. Creo que la primera vez que sales se disfruta, pero te falta algo. Miraba en paseillo.es a los santeros que me gustaban y me daba igual si los conocía o no. Algunos santeros, cuando he ido a aviarlos me he tenido que presentar. Aviando de esta forma me he dejado atrás a mucha gente. El hombre que es santero y le gusta esto, es una lástima que se quede sin salir en el Señor. Llevo a mi sobrino que tiene veinte años y a Antonio Aguilera con cincuenta y tres, ninguno de ellos lo habían probado. Yo quería aviar cada viernes a dos o tres santeros y que hasta la semana siguiente, fueran ellos los protagonistas. El año pasado, entre la santería del Señor, los viernes de miserere y la santería de la Virgen de Araceli no tenía tiempo ni de aviar. Tuve que esperar para aviar hasta que terminamos con la santería de la Virgen. En la Virgen del Socorro salimos veintidós santeros que nunca antes hemos salido en Ella.
 
P: ¿Cómo empezaste en el mundo de la santería y de dónde te viene esta afición?
 
R: Mi padre y mis hermanos mayores han sido santeros. De siempre se ha vivido esto en mi casa. De chiquitillo en las Procesiones Infantiles también santeé. Desde que me avió mi primer manijero en 1994, hasta el día de hoy no he parado. Junto al fútbol, esta es la única afición que tengo.
 
P: ¿Cómo ves la santería actualmente?
 
R: La veo complicada. Ha mejorado en muchísimos aspectos. La veo más seria, la gente respeta más el tema de las cofradías y los cultos. Uno de los problemas que hay es que sobran santos. No hay santeros para sacar todos los pasos que hay en Lucena. Esto es un pueblo, hay capitales o ciudades más grandes en las que salen menos pasos. Antes cualquier padre al que a su hijo le gustaba la santería lo ayudaba a ser manijero. Hoy tal y como están las cosas no se hace porque no se puede. Hay muchas cofradías y se forman más, además las cofradías que llevan tiempo, sacan nuevos pasos.
 
P: ¿Qué cambiarías de la santería?
 
R: Yo no cambiaría nada. El tema de la santería pura y dura lo veo bien. Los santeros cada vez se portan mejor con las cofradías y se respetan los pasos en la calle. Si hoy día lleváramos los pasos como estamos viendo en Videoluc 2, nos los quitaban las cofradías a mitad de camino. Hoy los santeros se involucran más, asisten a los cultos, a cualquier misa, a los besamanos. Antes el santero iba de junta, a santear y ahí se acaba. Yo no cambiaría nada.
 
P: ¿Qué criterio has seguido para dar los sitios a tus santeros?
 
R: Yo avié a cada uno y ya tenía su sitio. Hice primero mi croquis, le di las vueltas que tenía que darle antes de aviar a nadie y luego lo he tenido muy fácil. Es un problema aviar a la cuadrilla y después colocar a cada uno en su sitio.
 
P: Algo en que harás especial hincapié para que salga como tú quieres el Viernes Santo.
 
R: Que me hagan caso. Cuando mandé las Campanitas, hice un horquillo que yo quería hacerlo y que hoy en día lo volvería a hacer. Lo que la gente opinara, me da exactamente igual. Lo que me dolió en aquella época era que algunos que no eran mis santeros evidentemente, pero si cercanos a algunos santeros fueron los que me criticaron. Yo siempre lo digo, que el manijero no es como un capataz que va por fuera, que el manijero también va debajo y lleva su pedazo como todo el mundo. Mis santeros me conocen un poco, ellos saben cómo me gusta la santería. Les dije en las primeras copas que tuvimos en verano, que los horquillos van desde que yo toque, hasta que yo pueda y que tenían hasta octubre para pensar si querían salir. Les dije que si luego eso lo hago así, que no me fueran a criticar. En las “Campanitas” criticó mucho la gente por un horquillo y no hice nada fuera de lo común, solamente ese horquillo. Mi santería de las Campanitas ahí está, yo creo que hice una grandísima  santería. Con la cuadrilla que llevo y haciéndome caso, no creo que tengamos ningún problema en la santería de la “Capilla”. En esta santería el horquillo más largo que se puede hacer es hasta llegar a San Juan.
 
P: ¿Qué parte del recorrido ves con mayor dificultad?
 
R: Hoy en día la calle las Flores se pasa muchísimo mejor que antes. Creo que la dificultad de la Virgen de la Capilla es la madrugada y llegar a su hora a la Plaza Nueva. El Señor es el que va mandando en el horario. Haremos todo lo posible para ir pegados a San Juan.
 
 
P: ¿Y el punto del recorrido que más te gusta?
 
R: Me gusta todo, pero lo que más me gusta es del casino hasta que se encierra. Aunque quede la tarde, queda poco para que se encierre el Señor y ya estaremos ahí nosotros. La Capilla tiene momentos muy bonitos, pero es que inconscientemente a mí me pasa y a mis santeros sé que les va a pasar. Cuando estemos por la calle San Pedro y se vea San Pedro Mártir, el Señor estará dentro de la Capilla. En ese momento mi hermano ya pasará de ser cuadrillero de la Capilla a ser cuadrillero del Señor.
 
P: ¿Qué importancia le das a la estética del santero?
 
R: No le doy tanta como algunos hoy en día. Un santero tiene que ir bien vestido y elegante. Utilizando palabras de un santero amigo mío, creo que la santería es una demostración de poderío y dentro de ese poderío tiene que ir el santero elegante y garboso. Puedes ir igual de apretado, pero si tienes la facilidad o la habilidad de poner una sonrisa, el brazo bien puesto y disimular aquello, parece otra cosa.
 
P: ¿Crees que el santero tiene que tener una preparación física para desarrollar su función bajo la madera?
 
R: Sí. Son en  este caso siete u ocho horas las que estás en la calle, a parte de la tarde. Si tú mismo sales a correr por la mañana, por la tarde no tienes ganas de salir a correr. Esto no deja de ser una cosa física. Son muchas horas y puedes tener apuros muy gordos. El que esté físicamente bien los pasará igual, pero se recupera mucho mejor. No es que pueda más, pero se recupera antes de un horquillo que otro por ejemplo. Hay quien necesita diez segundos respirando y se recupera y hay otros que necesitan parar un cuarto de hora.
 
P: Algo que recomendarías a los buenos aficionados que no se perdiera de tu santería.
 
R: Creo que van a poder disfrutar de esta santería. Voy a hacer todo lo posible para que disfrute la gente y hacerle su santería a la Virgen de la Capilla. Entendemos que el Señor va delante, pero que donde les apetezca  vean la Capilla, que les va a gustar seguro. No me atrevería a deciros algún sitio ni un momento, pero que la vean.
 
P: Dinos algo positivo de ser manijero.
 
R: El aviar a los santeros. En las otras manijerías no lo he hecho así y en esta por el cuadrillero, lo teníamos claro que íbamos a aviar a cada uno en su casa. He vivido momentos muy curiosos con los santeros que no me conocían y no esperaban que los aviara. Mi hermano decía que aquello tendría que durar seis o siete meses. Avié a la cuadrilla en ocho viernes.
 
P: ¿Y algo negativo?
 
R: La gente que no he aviado. He tenido que dejar a gente fuera de la cuadrilla por la altura. Creo que cualquier santero no debe llevar más de doce o trece centímetros de cuña, porque con más no se puede trabajar bien. También por los santeros que como os he dicho antes habían salido más de una vez. Esto es lo malo que tiene una manijería, que por unos motivos u otros no he podido aviar a algunos familiares y amigos. Cuando uno no tiene ninguna preocupación, la santería es una cosa muy importante. Una vez que tienes otras preocupaciones, porque tienes más edad, hijos, familia, un negocio, la santería te sirve para desconectar y no pensar en nada. El pelearse, dejar de hablar o no comportarse como antes, por no aviar a alguien, no lo concibo. Este paso tiene veinticinco sitios y si no has cogido, no debe pasar nada. Hay amigos que me han demostrado que aunque no salgan siguen estando exactamente igual conmigo y vienen a mi juntas, sin embargo con otros ha cambiado un poquito la relación. La gente se toma esto muy en serio, no hay que cabrearse con nadie. Si alguien no te avía será porque no habrá podido, o habrá tenido otras ideas. Todo el mundo tendría que ser manijero.
 
 
P: ¿Cuál crees que es el número apropiado de juntas?
 
R: En este caso van a ser cinco juntas y la marca. Yo creo que siete u ocho juntas caben perfectamente en una santería. Tampoco se trata de agobiar a la gente. Nosotros todos los viernes después del miserere nos tomamos algo. El viernes que menos nos hemos juntado, hemos estado quince santeros.
 
P: ¿Desde qué junta ves oportuno que empiece un manijero a hablar de santería?
 
R: Creo que hay que hablar en cuaresma. No soy partidario de hablar del tambor. El tambor es para escucharlo e ir con él. No hay por qué escuchar el tambor en las juntas .Cuando nos echemos la Virgen al hombro escucharemos el tambor. Creo que cuando hay que hablar de santería es en la junta marca. Así lo lleva el santero reciente, porque quedan doce o catorce días.
 
P: Un consejo de santería que te dio alguien y que nunca olvidas.
 
R: Me lo dio mi madre. Recuerdo que yo iba llorando debajo de un santo infantil. Os hablo que tenía once años y le decía que no podía con aquello. Mi madre me dijo: “Si no puedes, lo que tienes que hacer es salirte, no salgas y si no puedes lo dejas”. Esa fue la última vez que santeé en las Procesiones Infantiles. Cuando me estrené lo hice por probar, porque tenía metido en la cabeza lo que me dijo mi madre. Dije si no puedo con esto, no salgo más y ya está. El consejo me ha servido, porque gracias a Dios empecé en 1994 y todavía no lo he dejado, pero hay que ser honesto con uno mismo.
 
P: ¿Qué opinas de los santeros que santean más de una vez en Semana Santa?
 
R: Yo lo he hecho. He llegado a santear hasta tres veces en Semana Santa. Creo que eso es una locura. Cuando eres más joven no tienes otra cosa en qué pensar, me daba igual ir veinticinco veces de junta al año. Con esa edad no piensa uno en que te coinciden dos juntas, piensas que vas, pero no piensas que estás dejando una junta. Cuando te vas de una junta crees que no pasa nada, pero estás dejando a tu contra y ya no tiene a quién cantarle. Yo lo he hecho, pero no lo recomiendo. En los pasos que he sacado después, no he dejado a los santeros que lo hagan.
 
P: Una santería de la Virgen del Socorro que sea referente para tu manijería.
 
R: La de Javier Sánchez en el año 2008.
 
P: ¿Qué crees que está ocurriendo en la actualidad para que a día de hoy se encuentren algunos pasos de nuestra Semana Santa sin manijero?
 
R: La verdad es que es una lástima que con el trabajo tan importante y generoso que hacen las cofradías haya pasos que se queden sin salir. Probablemente porque el número de pasos aumente, pero no el de santeros.  También hay que tener en cuenta la situación económica que seguimos atravesando. Desde luego no es la mejor como para echarse para adelante y solicitar una campana.
 
 
P: Desde que te avía un manijero hasta que queda el paso en los bancos se viven muchos momentos, ¿con cuál te quedas?
 
R: Cuando te avía un manijero que no esperabas que se acordara de ti. Me gusta cuando se acaba una buena santería y se hace todo como quería el manijero.
 
P: Háblanos de tus tambores.
 
R: Miguel Rey y Paco Ramírez, que los conocí en la santería de la Soledad de José María Calvillo y Miguel “El Chirri”, que ha sido mi tambor siempre.
 
P: ¿Sabes qué paso llevará la Virgen del Socorro?
 
R: No le he dicho nada a mi cuadrilla, pero yo tengo mi idea. Tenemos el hándicap de cumplir un horario muy estricto, que delante va el Señor y que lleva un paso muy distinto al nuestro. Hay que darle una poquita de alegría, porque no llegamos. Tenemos que ir pegados a San Juan.
 
P: ¿Crees que en una santería tiene que ir todo calculado o dejar algo a la improvisación?
 
R: Creo que las cosas hay que dejarlas que salgan naturales. Pueden salir unas vueltas mejor y otras peor, pero siempre hay que intentar hacerlas bien. He puesto a la trasera que he puesto para el tema de las vueltas. Lo he hecho pensando no en como yo quiero hacerlo, sino en cómo ellos saben que lo pueden hacer. Yo no puedo quitarles eso. Hay que dejarles que vayan alegres, y haciéndolo como quieren. El santero tiene que ir cómodo, aportar y no ir solamente allí debajo.
 
P: ¿Qué consejo le darías a un santero que salga este año por primera vez?
 
R: Que sea honesto, que esto es voluntario y es para echar un rato bueno. Que vaya pegado a los que lleva alrededor. Le puede salir la santería mejor o peor, porque todos hemos tenido de esas santerías. Si no le gusta que haga caso a lo que decía mi madre. Las cosas hay que probarlas, pero no salir porque sea una moda. El santero tiene que ser honesto consigo mismo y con los que lleva alrededor.
 
P: ¿Algo más que añadir?
 
R: Daros las gracias y que el Señor y la Virgen del Socorro nos ayuden con el tiempo, para hacer todo el recorrido de la mañana y la tarde. Que haga una buena Semana Santa y que todo el mundo tenga suerte, que es lo importante. Gracias.
 
 
 
Foto: paseillo.es

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