Noveno día de novena a María Santísima de Araceli

22 de Marzo del 2020

Alcanzamos el final de esta novena con la que suplicamos la intercesión de María Santísima de Araceli. Toma el texto y, mirando la fotografía, siéntete dentro del camarín de nuestra Madre, bajo su mirada maternal. Hoy queremos pedir por todos nosotros. Por nuestra familia, por nuestros amigos y compañeros de estudios o trabajo. Que esta crisis la superemos con fuerza y nos refuerce en el amor, la caridad y la esperanza.

Recordamos que las novenas pueden rezarse todas las veces que se desee.

Ara Sagrada, dispénsanos tu favor.

NOVENA A MARÍA SANTÍSIMA DE ARACELI

DÍA NOVENO

+ Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa, porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.

ANTÍFONA
Ara Sagrada del Cielo, nuestra Madre y protectora. En ti fundamos, Señora, nuestra esperanza y consuelo.

ACORDAOS
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.

ORACIÓN DÍA NOVENO
Sacratísima Virgen de Araceli, nuestra dulce Madre y Patrona, a quien llamar Ara del Cielo es decirle plena misericordia para con los hombres. Tú, que eres el Altar en que los pecadores nos reconciliamos con Dios; Tú, que como dulcisima Madre, no has desamparado jamás a los que se acogieron a tu asilo; inclina tu oído a estos ruegos: atiende a los que imploran la gracia de tu hijo, socorre a los infelices, ayuda a los débiles, conforta a los desanimados por la dureza de la vida, protege a los que te invocan con el glorioso titulo de Araceli, y bajo el te han consagrado esta novena, para que seamos dignos de alcanzar y gozar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amen.

Se rezan tres Avemarías y un Gloria.

Finalizadas las oraciones, pídase la gracia que desea alcanzar (breve tiempo de meditación)

ORACIÓN FINAL
Madre de las misericordias y Señora de todo consuelo, que te has dignado a ser declaradamente nuestra Abogada y Protectora bajo el soberano titulo de Araceli, y a entregarnos en prenda de tu indefectible patrocinio esta tu bellísima imagen, haciéndola el conducto de tus continuos favores, y dispensando innumerables beneficios a cuantos por ella se acogen a tu asilo. Concédenos Virgen piadosa que, admirando en tu precioso simulacro tantas perfecciones, majestad y ternura, y avergonzado de las imperfecciones que afean nuestras almas, emprendamos una nueva vida, suspirando solo por ver el divino original de este retrato del Cielo. Inspíranos, Señora, horror a los vicios, que nos impiden, y amor a las virtudes, que nos facilitan, la dicha de recobrar la imagen del Creador que perdimos, haciéndonos dignos de alcanzar la Gloria de tu Hijo. Amén.

De epidemias, sequedades,
terremotos, hambre y pena
siempre disfrutó Lucena
el amparo en tus piedades.

 

Foto: paseillo.es


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