A las 20:30 horas de la noche de ayer, Sábado de Pasión, daba comienzo el solemne acto del Pregón de Semana Santa, a cargo de Carmen Franco Arroyo quien tuvo como presentador a su hermano Manuel Franco Arroyo.
El pórtico a este solemne acto fue abierto por la Banda de Música de Lucena, bajo la dirección de Miguel Ángel Gómez Moreno con la marcha “Semana Santa de Lucena” del autor lucentino Antonio Villa Álvarez de Sotomayor.
El acto dio comienzo con la lectura de la Palabra según San Juan (11,45-57) , a cargo de Francisco Requerey , secretario de la Agrupación de Cofradías, quien tras el saludo oficial leyó el levantamiento del acta en el que se describía la consideración de asignación del Premio Cofrade Manolo Ramírez, recayendo en este año 2015 esta distinción en Rafael Arroyo López.
Antonio Díaz Serrano, presidente de la Agrupación de Cofradías entregó el galardón a Rafael Arroyo, recordando la trayectoria cofrade y santera del premiado. Una andadura caracterizó el presidente, cristiana y humana, espejo en la que la juventud cofrade ha de mirarse. Rafael Arroyo, en unas breves y emocionadas palabras agradeció a la Junta de Oficiales de la Agrupación de Cofradías el galardón, que describió como inolvidable y grandioso. Especialmente en su agradecimiento quedaron nombradas las cofradías de Ntro. Padre Jesús Nazareno, Ntro. Padre en su entrada triunfal a Jerusalén (Pollina), Ntro. Padre Jesús Amarrado a la Columna, de las que guarda especial recuerdo. Dedicó este premio tan estimado a su madre, a su mujer, hijas y hermanos todos.
Tras la interpretación de la marcha “Madre Hiniesta” por parte de la Banda de Música de Lucena, Manuel Franco Arroyo, inició la presentación en la que confesó su alegría por estar presente Ntro. Padre Jesús de la Caridad, recordando colores sabores, recuerdos y sueños añejos de juventud cofrade.
El Presentador recordó a su familia, el tiempo en el que su hermana Carmen vino al mundo y sus años de niñez, en los que ya apuntaba sentimientos de elocuencia y cercanía. Abrió esta página familiar evocando su complicidad con la pregonera y debilidad por ella. El presentador describió a Carmen como un alma de excepción, experimentada, sensata, fuerte, estudiosa, entendida, amante de la santería y ejemplo de entrega y sacrificio. A su mente rápida, el hermano no encontraba respuesta pronta para su hermana en su intención de aviarlo para esta empresa, pero a golpe de aldabón, poetizó el presentador, pudo estrechar su mano y aceptar con impresión. En su despedida se dirigió a la pregonera: “ suerte santero, cuenta tu historia".
“Se postra ante ti Lucena en los callados nervios de una serenidad aparente..”.
“Se abren los balcones de par en par para un desfile de palabras y expresiones en las que Lucena aparece cada vez en un tiempo distinto..” .Y es que esta cuaresma ha llegado en un suspiro , ha llegado una Semana Santa tan singular como la nuestra.
Carmen Franco inició un pregón de gran lirismo impregnado de un profundo e intenso sentimiento religioso, cofrade y santero. Un invite a retomar y disfrutar de lo antiguo, a lo pasado y añejo, que son las únicas formas en las que las experiencias nuevas pueden dilatar este tiempo de Pasión en momentos que solo con la añoranza infantil de nuestras vidas, podemos vivir de manera nueva y como siempre, única y diferente: vibrando y escuchando los sones que anuncian un tiempo que transcurre con ilusión y pasión después de un Tempus Fugit entre una Cuaresma y la siguiente.
Nuestra Semana Santa es tradición, arte que se arraiga en generaciones pasadas, el amor y el sentimiento que a manera de cultivo y transferido como genéticamente, a manera de cadena de eslabones, se van curtiendo en la rutina de todos los días de las generaciones futuras.
La pregonera nos recordaba como Jesús, en su Santa Humildad, lavó los pies a sus apóstoles; llamada especial a la práctica de la caridad con los demás en un tiempo de crisis que merma esperanzas y manifiesta miserias, pero que sirve para probar nuestra caridad desde el Valle, un recinto benéfico de peregrinaje que no llega al cielo sino es pasando por la Sierra donde se encuentra nuestra Madre. María es el conducto Sagrado hacia Dios manifestado en su acercamiento a Jesús en Las Bodas de Caná. En cada gota de sangre del Hijo se mana perdón, liberación del pecado. Vino y agua, sangre y lágrimas surgen de las dos orillas de la Pasión de Cristo.
En su pregón, Carmen Franco describió la oración en el Sagrario como el camino de amistad con Dios como asegura Santa Teresa de Jesús. Poniendo ojos en el crucificado, todo sufrimiento mengua. Y La Semana Santa como camino de sincretismos de encuentros, drama de la pasión de Jesús representado y paseado en los pasos de nuestro pueblo.
El santero, exaltó la pregonera, siente, padece, sufre también. Y quien no se entristece ante el esfuerzo del santero, quién no se conmueve ante unos pies descalzos y penitentes en nuestra Semana Santa, quien no vive esta esencia, no siente la Semana Grande de Lucena en su alma. Este sentimiento, apuntó Carmen Franco, tiene su raíz en brotes cofrades; y en las cofradías siempre estuvo presente la Cruz de Cristo, desde el Caído, hasta las más recientes y jóvenes. Cofradía de las Servitas, cofradías del martes Santo; cultos y patrimonio, historia y tradición, hermandades que crecen no sin dificultades.
Especial significado tiene para la pregonera y su familia las Cofradías de Jesús Caído y Ntro. Padre Jesús Amarrado a la Columna. Cristo amarrado y joya más preciada de la imaginería lucentina. Cristo con una mirada profunda que retuerce las entrañas santeras y devotas y que cautiva a los corazones. Para Carmen Franco la santería es nexo entre Cofradía y pueblo que ve en movimiento la pasión del Señor. La cuadrilla la forma el arte santero, ponen el corazón en cada horquillo con amor y honradez hasta que agotados se recobran en el endulzamiento del refrigerio posterior a la salida.
Ser santero es una forma de ser y de estar más que una afición. Es una tradición, no solamente pasada de padres a hijos, protagonizada por hombres ,sino también transmitidas a hijas como ilustra la pregonera recordando una foto familiar santera en la que aparece como protagonista.
“Tus manos atadas delatan el amor que no merezco…que tus manos abrazan el amor que yo te tengo….tus manos atadas que bendicen y perdonan a mi pueblo…”
La pregonera finalizó su pregón con las palabras:
“Como todo ciclo que es la vida, este pregón acaba. Lucena se echa a la calle, Ossana al Señor!! Este pregón hizo su recorrido, finaliza la pregonera , que encierra a Cristo para que se quede contigo”.
Para finalizar el acto, la Banda de Música de Lucena interpretó la marcha “Amargura”.
Foto: Paseíllo-Juan Pérez