Rubén Bueno Fernández es un joven manijero que ha heredado la pasión por la santería.
Para este estudiante de Biología de 18 años de edad que se estrenaba en el 2014 en Ntro. Padre Jesús de la Crucifixión, lo principal es poder santear con sus amigos, porque para él santería y amistad van de la mano, así lo aprendió de su padre y de esta forma lo vive a diario.
Junto al manijero de la Santa Mujer Verónica 2016 (
http://paseillo.es/trono/santa-mujer-veronica/584) estuvimos en la Iglesia de San Pedro Mártir, hablando de lo que para él supone ser manijero del Viernes Santo.
PREGUNTA: ¿Cuál es el motivo de esta manijería?
RESPUESTA: La devoción al Señor, el sentimiento de mi familia a la Capilla y el apego que le tenemos mi familia, mis amigos y yo a esto, al Viernes Santo.
P: Defínete a ti mismo como manijero.
R: Me defino como un manijero sencillo, joven, con poca experiencia y con muchas ganas de aprender y comerse el Viernes Santo. Intentaré darlo todo ese día.
P: ¿Qué pasos has seguido hasta ser manijero de la Verónica?
R: Yo esto lo había hablado varias veces con mi padre. Él, sin yo saber nada habló con el cuadrillero y justamente, el día 16 de enero de 2015, coincidiendo con mi cumpleaños me dieron la sorpresa. En una reunión que hicieron todos los amigos de mi padre, en la que estaba el cuadrillero, me sorprendieron, por decirlo así, sin haberla pedido.
P: ¿Qué relación te une al cuadrillero?
R: Desde los cuatro años he estado con mi padre en juntas y, ahí había coincidido con él. Tengo muy buena relación con su hermano y a raíz de esto, puedo decir que básicamente lo conozco gracias a la santería. Como sabemos, la santería nos da la posibilidad de hacer muchas amistades.
P: ¿Realizas esta manijería por afición o por devoción?
R: Yo creo que hay que tener una mezcla de todo. La devoción es lo que me ha movido principalmente a poder estar aquí. Estoy afrontando esto lo mejor que puedo, gracias a mi familia y a mis amigos. En mi casa se ha respirado siempre la santería como un hobby, una afición y como un modo de vida. Estamos prácticamente todo el año pensando en santería, juntas y cofradías. Creo que todo esto es una mezcla de lo que a mí personalmente me ha llevado a esta manijería.
P: Cuéntanos cómo has aviado a tu cuadrilla.
R: A mi cuadrilla la he aviado con mucho margen de tiempo. Estuve tres meses sin aviar y empecé poquito a poco. Principalmente he aviado a amigos y santeros. He ido aviando no solo a un santero, he dicho casa por casa, que aviaba a su familia también. Aunque esta santería está un poco menos valorada, por así decirlo, he querido que mis santeros hagan partícipes a toda su familia de un Viernes Santo.
P: Cuéntanos cómo empezaste en el mundo de la santería.
R: Empecé desde chiquitito. Me llamaba la atención los pasos en las iglesias. Al ir con mi padre a las juntas de sus santerías fui aprendiendo lo poquito que hoy sé gracias a él y sus amigos. También ha dado la casualidad que me he juntado con gente que prácticamente vive pensando en esto y, es un día a día.
P: ¿De dónde te viene esta afición?
R: La familia de mi padre nunca ha sido santera, aunque si cofrade. Mi padre fue el primer santero de su rama y por parte de mi madre, mi abuelo sí salió santeado varias veces y se retiró a edad ya avanzada. Puedo decir que esta afición me viene de lo poco que pude conocer a mi abuelo y lo que vivo en casa con mi padre.
P: Rubén, cómo ves la santería en la actualidad
R: Por lo que dicen los más veteranos, la santería está cambiando.
P: ¿Y tú, qué opinas?
R: Veo la santería como el año de juntas y el día de la santería. Creo que habría que verlo un poquito más allá, viviendo los momentos, echarle pachorra en las juntas, pasarlo bien por supuesto, asistir a los cultos y después cumplir debajo de la madera e ir a por todas.
P: ¿Cambiarías algo?
R: Creo que se da mucha importancia a los detalles en algunas juntas, que podrían hacerse con más sencillez. Por lo demás no te puedo decir lo que había antiguamente, pero por ahora veo esto bien.
P: ¿Qué criterio has seguido para dar los sitios a tus santeros?
R: Como te he dicho antes, me tiré un tiempo aviando y tuve mi tiempo de reflexión. Siempre que iba a una casa, tenía el sitio del santero pensado. Si me hacía falta una pata, iba en busca de esa pata, una contraesquina, una contraesquina. Básicamente ese es el criterio que he llevado. He amoldado mi gente a los sitios que deberían de llevar.
P: Algo en lo que harás especial hincapié para que salga como tú quieres el Viernes Santo.
R: El recorrido tiene muchos momentos. En lo que hago especial hincapié en todas las juntas que llevamos, es que cada calle tiene un momento. Que cada santero dedique un horquillo, que se metan debajo del santo y que dediquen un horquillo por un familiar, o por la persona que más quieran. Que lo hagan a su manera cada uno, que disfruten y hagan disfrutar a los que están en la acera.
P: ¿Qué parte del recorrido ves con mayor dificultad?
R: Como horquillo un poquito más largo por excelencia, sería la calle Las Mesas. Hay horquillos más duros y más livianos. Yo creo que el Viernes Santo además de tener muchas horas en la calle, tiene muchas calles y vueltas que requieren de mucho sacrificio por así decirlo.
P: ¿Cuál es la parte que más te gusta?
R: La parte que más me gusta es la “madrugá”. Aunque es muy sufrida reconforta mucho. Otra parte que me gusta es El Coso, cuando toca la banda y toda Lucena está pendiente del Señor.
P: ¿Qué importancia le das a la estética del santero?
R: Creo que hoy en día se valora mucho la estética del santero. Hablando de la estética siempre que se habla de un buen santero se dice va el tío firme y flamenco. Pero bueno, hay mucha gente que puede con su sitio y a lo mejor la estética no es como la de otros. Yo creo que cada uno debe llevar su propia estética y personalidad, siempre y cuando vaya cómodo.
P: ¿Crees que el santero tiene que tener una preparación física para desarrollar su función bajo la madera?
R: Mientras que estés físicamente bien, todo va a ser positivo. Creo que muchas veces más que físico es mental y tener cabeza en muchas partes del recorrido. En un Viernes Santo, con tantas horas, horquillos y momentos, el estado físico es muy importante, pero yo creo que si algo define a la santería, es tener mucha cabeza y saber a lo que vas.
P: Algo que recomiendas que no se pierdan de tu santería.
R: Nuestra misión es seguir los pasos del Señor e ir pegados a Él. Somos una cuadrilla joven, y lo intentaremos hacer lo mejor posible. Yo no tengo nada que demostrar, pero intentaremos que la gente diga, mira los chavales que ahí van más o menos pudiendo. Espero que no se pierdan al Señor, que sigue siendo el alma del Viernes Santo, nosotros seremos los acompañantes de Él que no le perderemos el rastro.
P: Hasta el momento, ¿qué destacas positivamente de ser manijero?
R: Creo que ser manijero te da muchas cosas. Tiene muchos rabiaderos de cabeza, planear las juntas y todo eso. Te aporta en el sentido que te sientes como la persona que dirige la santería, además de verte rodeado de tus amigos, de tu gente, de tu familia y que están ahí por ti. Gracias a esto tienes la oportunidad de conocer a muchas personas, a las que agradezco me hayan abierto las puertas de su casa y estar para todo.
P: ¿Y algo negativo?
R: Por ahora no, algunas cosillas en las juntas que son normales. Ahora mismo me aporta más que me quita.
P: ¿Cuál crees que es número apropiado de juntas?
R: El dar muchas juntas puede aburrir en algunos casos. Creo que a partir de enero, con dar tres y la marca puede estar bien, o incluso una menos. Creo que cada manijero se amolda a lo que puede. Yo tampoco soy el mejor ejemplo. Cuando no tenemos junta, tenemos junta esquina o copas. Muchas veces no nace de mí, nace de mis santeros que se quieren juntar. Ahora estamos en una edad que no nos pesa eso, y es lo que tiene.
P: ¿Desde qué junta ves oportuno que un manijero empiece a hablar de la santería?
R: Yo todavía no he empezado a hablar de la santería. Voy a empezar a hablar en Enero, porque hacerlo antes es tiempo malgastado por así decirlo. Sí he dicho lo más importante, pero centrarnos en lo que es la santería, en tocar el paso, marcar un poquito más los tiempos de la junta, ser un poquito más disciplinados en ese sentido, lo más seguro que a partir de enero y cuaresma.
P: Rubén, háblanos de tus tambores.
R: Me aconsejaron que buscase tambores con veteranía. He hecho una cuadrilla joven y, da la casualidad que amigos míos de mi misma edad han tocado varias veces, no solo en Viernes Santo si no en otros pasos de la Semana Santa y de gloria. Ellos forman parte de mi cuadrilla, son uno más por así decirlo. Ha habido juntas que no hemos necesitado el tambor y ellos han venido, se han sentado, han cantado y han estado como uno más. He tenido la suerte de contar con juventud en el tambor y sé que no me van a fallar.
P: ¿Cual crees que es el paso más adecuado para la Verónica?
R: Lo más importante es salir andando, que no se meta mucha gente entre las penitentes y nosotros e ir muy pegaditos al Señor. Intentaremos andar, andar y andar, además de poder con ella. No tiene más.
P: Dinos un consejo de santería que te dio alguien y que nunca olvidas
R: Cuento con mucha gente que me han dado consejos a lo largo de mi corta vida. Uno que me ha dado mi padre siempre, que me lo da día a día, cuando voy de junta o viene el conmigo, es que me sepa rodear bien. Que me rodee de gente que le guste esto, que te sepa apreciar y que sean amigos tuyos, porque al fin y al cabo son con los que vas siempre a contar y van a estar siempre ahí contigo. Mi padre es mi referente y veo que desde los diecisiete años que se estrenó siempre ha santeado con la misma gente. Se ha sabido rodear, va a gusto, va cómodo y alardea de sus amigos. Mi plan de futuro es el mismo.
P: ¿Qué piensas de los santeros que santean más de una vez en Semana Santa?
R: Si se ven capacitados, con ganas y creen puede hacerlo, con días de margen para poder descansar, es digno de admirar. Lo veo como un acto de superación, creo que en muchas ocasiones es digno de admirar. Yo llevo un santero mío que repite este año. Le dije que iba a ir a por él, porque si no estaba me iba a faltar algo. Creo en él y sé que lo va a dar todo el Viernes Santo.
P: Una santería de la verónica que sea referente para tu manijería.
R: He visto algunos videos, pero me quedo con este año pasado. La verdad, es un buen ejemplo. He visto algunos más, no se con exactitud los años, pero merece la pena ver esos videos para disfrutar de ellos porque se aprende
P: ¿Qué crees que está ocurriendo en la actualidad para que a día de hoy se encuentren algunos pasos de nuestra Semana Santa sin manijero?
R: Hemos entrado en la monotonía de que tienen solicitud de manijerías los santos más glamurosos de Lucena. Creo que depende de la persona, depende de este tiempo en que tampoco todo el mundo se atreve a ser manijero. Creo que pueden ir los tiros por ahí. También depende de la cofradía a lo mejor. Ni idea.
P: Son muchos los momentos que se viven a lo largo de una santería, ¿con cuál de ellos te quedas?
R: Creo que desde el momento en que lo coges y estas debajo disfrutando hasta, hasta que lo sueltas en los bancos después de haber hecho una santería decente. Al fin de cuentas es por eso por lo que estamos aquí, ¿no?
P: Rubén, aunque eres joven has hecho algunas santerías, ¿qué consejo le darías a un santero que salga este año por primera vez?
R: Mi primera vez me aconsejaron que me comiera el mundo, que fuera a por todas. No solo por ser la primera, pero es cuando más te das cuenta, por así decirlo, lo que pesa un santo. Le diría que sepa disfrutar. Los primeros horquillos cuentas con la inexperiencia de echarte al hombro un paso, pero después empiezas a ser uno más. Empiezas a darte cuenta que después de un horquillo viene otro y ahí es donde se aprende seguro.
P: ¿Se estrena alguien en tu cuadrilla?
R: En mi cuadrilla se estrena una persona. Él lo está disfrutando y creo que va a saber apreciar y aprovechar al límite este día.
P: ¿Crees que hay que llevarlo todo pensado en una santería o improvisar en la calle?
R: Llevar una idea de lo que quieres hacer no es malo. Por ejemplo decir voy a hacer este horquillo, voy a hacer lo otro no sirve de mucho, porque después la calle manda y puede pasar de todo. Las vueltas son cada una distinta y puedes orientar como hacer las más complejas. Hay que tener una idea sólida en general de lo que quieres hacer y después encarar lo que ocurra en la calle o en cada momento.
P: ¿Crees que la santería de la Santa Cruz, en la tarde, debe ser distinta a la Verónica?
R: Mi objetivo es llevarla por la mañana a la Plaza Nueva, realizar todo el recorrido y encerrarla por la tarde, a ser posible, con el mismo paso. Hacer una armonía de todo en general. Intentaré no cambiarle el paso o el ritmo de la santería.
P: ¿Algo más que añadir?
R: Quiero agradecer al cuadrillero, que ha puesto la confianza no solo en mí, también en mi cuadrilla aunque seamos jóvenes. Por supuesto agradecer a mi familia, que en estos momentos en que me encuentro estudiando, me ayudan en la organización de todo. Gracias a mi cuadrilla y por último agradeceros a vosotros que hacéis muchas cosas por el mundo de la santería.
Foto: paseillo.es