Segundo día de Septenario en honor a Ntra. Sra. de los Dolores "Servitas"

29 de Marzo del 2020

La Cofradía del Stmo. Cristo de la Humillación y Ntra. Sra. de los Dolores "Servitas" continúa hoy con la celebración del Ejercicio del Septenario, en honor a su titular mariana.

En estos tiempos y circunstancias que estamos padeciendo, la oración debe ser pilar fundamental de nuestra rutina, debe ser consuelo, para quienes se hallen desesperados y fuerza, para el que padezca enfermedad. La junta de gobierno y su cofradía, dedican un Solemne Septenario a su amantísima titular, Nuestra Señora de los Dolores "Servitas", para pedirle por su divina intercesión y nos libre de todo mal.

A continuación, se pondrá detalladamente cada una de las oraciones y lecturas que componen tan sacro ejercicio.

SEGUNDO DÍA DE SEPTENARIO

En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo.


ACTO DE CONTRICIÓN: Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, por ser vos quien sois, bondad infinita, y porque os amo de todo corazón, me pesa haberos ofendido, también me pesa porque podéis castigarme con todas las penas del infierno, ayudado de vuestra divina gracia, propongo nunca más pecar, confesar, y cumplir con la penitencia que me sea impuesta. Amén.


ORACIÓN PREPARATORIA: Señor Dios nuestro que dispusiste misericordiosamente que la santísima Virgen, tu sierva, fuera madre de Cristo y colaboradora en su obra de redención, concédenos que, a imitación de nuestra señora, seamos siempre fieles testimonios del Evangelio, y dediquemos la vida a la salvación del hombre.


MEDITACIÓN:
Segundo dolor: "La huida a Egipto" (Mateo 2:13-15): " Cuando ya los sabios se habían ido, un ángel del Señor se le apareció en sueños a José, y le dijo: «Levántate, toma al niño y a su madre, y huye a Egipto. Quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo.»
José se levantó, tomó al niño y a su madre, y salió con ellos de noche camino de Egipto, donde estuvieron hasta que murió Herodes. Esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta: «De Egipto llamé a mi Hijo.»"


Hacia Egipto, escapando de una muerte segura. El destino y la suerte de Jesús son también los de José y María. Como hoy, también muchos tienen que emigrar de sus tierras a otras más prósperas escapando del hambre, de la miseria, de la guerra, de la muerte. Como Jacob y toda su familia habían emigrado también a Egipto escapando de la sequía y el hambre. Egipto los acogió pero luego los convirtió en esclavos. Moisés les devolvió la libertad, a través del desierto, hasta regresar a la tierra que habían dejado atrás en otro tiempo. Muerto Herodes, Jesús y sus padres vuelven a Palestina. Será el nuevo y definitivo éxodo llevado a cabo por el nuevo Moisés: Jesús. Él será el que traiga la libertad y la salvación para todo el pueblo. Como Moisés promulgó la ley del Señor en el Sinaí, Jesús promulgará la ley de la Nueva Alianza en el sermón de la montaña: las bienaventuranzas. Moisés trajo al pueblo una alianza temporal, abocada al fracaso. Jesús traerá la alianza definitiva fundada en el amor. Pero todo esto a María se le debió escapar. Ella tuvo que salir de su tierra, de su país, de su gente, de su familia y pasar a ser extranjera en Egipto cuando Jesús era sólo un bebé. Las dificultades arrecian y se confirma la profecía de Simeón: la presencia de Jesús en el mundo será signo de contradicción. Pero María dio el sí cuando el anuncio del ángel y ahora debe también ser fiel, en los buenos y en los malos momentos.
 

PETICIÓN:  ¡Oh María!, humilde hija de Sion, que escuchando la voz profética  de Simeón has recibido en lo profundo del alma, como espada cortante, la revelación del camino doloroso de tu Hijo y has probado un inmenso dolor porque muchos lo rechazaban; te pedimos: alcánzanos el don de comprender el sacrificio de Cristo, de seguir como discípulos su ejemplo, de acoger su salvación.  Amén.
(Pidamos por la intención que se desea alcanzar. Rezamos un padrenuestro, tres Avemarías, y un gloria).


ORACIÓN FINAL: Señor, tu que has querido que madre compartiera con nosotros los dolores que sufrió al pie de la cruz, has que la Iglesia, asociándose con María a la pasión de Cristo, merezca participar de su resurrección. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

 

 

Foto: paseillo.es


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