19 de Marzo del 2020
Sexto día de novena a nuestra Madre.
NOVENA A MARÍA SANTÍSIMA DE ARACELI
DÍA SEXTO
+ Por la señal de la santa cruz de nuestros enemigos líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador Padre y Redentor mío; por ser vos quien sois, Bondad infinita, y porque os amo sobre todas las cosas, me pesa de todo corazón haberos ofendido. También me pesa, porque podéis castigarme con las penas del infierno. Ayudado de vuestra divina gracia, propongo firmemente nunca más pecar, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera impuesta. Amén.
ANTÍFONA
Ara Sagrada del Cielo, nuestra Madre y protectora. En ti fundamos, Señora, nuestra esperanza y consuelo.
ACORDAOS
Acordaos, ¡oh piadosísima Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de los que han acudido a vuestra protección, implorando vuestro auxilio, haya sido desamparado. Animado por esta confianza, a Vos acudo, Madre, Virgen de las vírgenes, y gimiendo bajo el peso de mis pecados me atrevo a comparecer ante Vos. Madre de Dios, no desechéis mis súplicas, antes bien, escuchadlas y acogedlas benignamente. Amén.
ORACIÓN DÍA SEXTO
Sacratísima Virgen de Araceli, nuestra dulce Madre y Patrona, cuya completa resignación en la voluntad del Señor sacó de tus labios aquel “fiat” que te elevó a la eminente dignidad de Ara del Eterno Verbo, no habiendo sonado jamás en el mundo palabra de tan importantes consecuencias, como fueron la Redención del hombre, y la derrota del pecado y de la muerte. Oye, Señora, nuestros clamores y ampáranos para que, caminando por la senda de la verdad y la justicia, entremos en el gozo eterno del Señor, poseyéndolo contigo sin fin. Amén.
Se rezan tres Avemarías y un Gloria.
Finalizadas las oraciones, pídase la gracia que desea alcanzar (breve tiempo de meditación)
ORACIÓN FINAL
Madre de las misericordias y Señora de todo consuelo, que te has dignado a ser declaradamente nuestra Abogada y Protectora bajo el soberano titulo de Araceli, y a entregarnos en prenda de tu indefectible patrocinio esta tu bellísima imagen, haciéndola el conducto de tus continuos favores, y dispensando innumerables beneficios a cuantos por ella se acogen a tu asilo. Concédenos Virgen piadosa que, admirando en tu precioso simulacro tantas perfecciones, majestad y ternura, y avergonzado de las imperfecciones que afean nuestras almas, emprendamos una nueva vida, suspirando solo por ver el divino original de este retrato del Cielo. Inspíranos, Señora, horror a los vicios, que nos impiden, y amor a las virtudes, que nos facilitan, la dicha de recobrar la imagen del Creador que perdimos, haciéndonos dignos de alcanzar la Gloria de tu Hijo. Amén.
De epidemias, sequedades,
terremotos, hambre y pena
siempre disfrutó Lucena
el amparo en tus piedades.
Foto: paseillo.es