Rafael Gutiérrez Torralbo (
http://paseillo.es/santero/rafael-gutierrez-torralbo-54075) es el mayordomo de la Cofradía de Ntra. Señora de la Soledad y junto a todos los miembros de la junta de oficiales comparte las labores propias de un grupo de mayordomía. «En esta cofradía trabajamos todos unidos, lo mismo puedes ver al vice tesorero montando el dosel de cultos, al hermano mayor limpiando candelabros o al secretario poniendo flores. El verdadero cofrade debe ser humilde, silencioso y trabajador. La unión que tenemos es lo que nos hace fuertes. Todos trabajamos con la misma ilusión y compartimos el mismo amor hacia nuestra Madre, sin diferencias entre nosotros».
En el día a día de esta hermandad, los miembros de la junta de gobierno realizan su trabajo en equipo, desempeñando cada uno las labores en que muestran mayor destreza, intentando mejorar el trabajo de años anteriores. «Realizamos el mantenimiento de los enseres, limpieza y cuidado de nuestra capilla, reposición de flores y el cambio de terno de nuestra titular. Preparamos los cultos de septiembre, catequesis, recogida de alimentos, y todas las tareas relacionadas con la estación de penitencia».

Rafael Gutiérrez pertenece a esta cofradía desde el Sábado Santo del año 1987, formando parte activa desde aquel tiempo hasta el día de hoy. «En “la remojá” de campana de Antonio Arjona, mi padre le pidió que me hiciera hermano a José Pedro Moreno Víbora, que por aquel entonces era hermano mayor. Al finalizar la primera misa del septenario del año siguiente, José Pedro nos animó a los jóvenes que estábamos en la iglesia a echar una mano. Desde ese momento he estado cerca de esta cofradía. De estos años destaco la formación cristiana y cofrade recibida de mi gran amigo Agustín Antrás Roldán. Me ha inculcado que la función de todos los que formamos una cofradía no es otra que servir a Dios y conocerlo mejor. Así nos hacemos más fuertes como cristianos y trabajamos con más ilusión la hermandad».
Año tras año, la Cofradía de la Soledad nos muestra a su titular mariana durante sus cultos en un elegante altar, al que desde el año anterior van dando forma a su composición. «Una vez finaliza el besamanos, nos gusta contemplar el resultado de nuestro trabajo y pensar ya en las posibles mejoras que podemos introducir de cara al año siguiente. Para un mayordomo es gratificante ver al grupo de mayordomía junto al resto de la cofradía trabajando en equipo, ya sea moviendo hierros, apretando tornillos, limpiando enseres, etc. Es justo reconocer que con este grupo no da pereza acometer cualquier tarea».

«En primer lugar cubrimos el retablo de Santiago con un cortinaje negro, sujeto a un gran arco de hierro que alcanza prácticamente hasta la cúpula. A continuación montamos el dosel, compuesto por una grada de cinco alturas, sobre la que se dispone un marco dorado, forrado con adamascado negro y rematado en la parte superior con un penacho de madera de cedro dorada, el cual tiene acoplado la trasera de las bambalinas del paso de palio. Una vez colocada la Virgen sobre su peana, en lo más alto del dosel, realizamos el montaje de las dos candelerías y las ánforas. Todo esto se completa con el decorado de la baranda del presbiterio con riquísimos brocados del siglo XIX y las columnas de la parroquia, que son forradas con tela negra. Respecto a años anteriores se ha aumentado el número de candelabros en el altar, se ha dorado el marco del dosel y hemos modificado la disposición de las ánforas.
El adorno floral de los cultos es realizado por Miguel Sánchez Ramírez y Antonio Soria Hurtado, que junto a Mari Ángeles García, Alfonso Porras y Diego López ponen la flor en el paso de Ntra. Señora de la Soledad para su estación de penitencia el Sábado Santo. «En la celebración del triduo, la ornamentación ha sido con clavel blanco. En el besamanos, las ánforas cercanas a la Virgen llevan orquídeas y tulipanes blancos y las que se encuentran junto al Cristo con clavel morado».
.jpg)
Desde el pasado mes de septiembre, el sevillano Antonio Bejarano Ruiz es el encargado de realzar aun más si cabe la belleza de Ntra. Señora de la Soledad con sus vestiduras. «Se trata de uno de los vestidores más afamados de Sevilla, donde viste imágenes como la Virgen del Patrocinio de la Hermandad del Cachorro, Angustias de los Gitanos, Tristezas y muchas más, tanto de la capital como de otras ciudades de Sevilla, Cádiz, Huelva o Córdoba. Nos encontramos muy satisfechos con el trabajo que viene realizando, tanto por su profesionalidad y gusto, como por el trato que nos dispensa. Siempre estaremos agradecidos por el gran trabajo de Loli Álamos, nuestra anterior vestidora, durante más de 20 años».
Un fajín para Ntra. Señora de la Soledad bordado por Mariano Martín Santonja, donado por su manijero; la mantilla que la Virgen luce como tocado y dos ciriales que flanquearán la cruz parroquial en la estación de penitencia, cincelados en metal plateado en Orfebres Gradit, son los estrenos que este año presenta esta cofradía.

Hoy la Cofradía Soleana se esfuerza, cuidando cada detalle para el día en que sus devotos se acercan a besar la mano de la Virgen. «Aquí es donde nos volcamos con más fuerza, la Virgen está sobre una peana de cuatro metros de longitud, en la cual colocamos los candelabros y las ánforas. El dosel de cultos, en el que ha estado la Virgen durante el triduo, lo tenemos que desmontar entero y subir a nuestro Cristo Yacente, para después montar de nuevo la candelaria con otro diseño. Mientras realizamos ese trabajo, la Virgen se va vistiendo. Es un trabajo contra reloj ya que solo disponemos de tres horas para hacerlo. Es un día de mucho trabajo, estresante, pero un día grande para nuestra cofradía ».
Gutiérrez destaca la labor callada de las cofradías, siendo el medio por el que los jóvenes se acercan a Dios y su Madre. «Son muchas las horas que los cofrades quitamos a nuestras familias para dedicarlas a la hermandad. Eso es lo que nunca se ve y es lo más duro de ser cofrade. Cuando mi hijo pequeño me dice: «no tardes papi», me da muchísima pena. Ese tiempo que le falto a él lo sacrifico por mi vida cofrade. Nuestro trabajo es muy importante, porque de una manera u otra estamos llamados a evangelizar desde la cofradía y a utilizarla como vínculo para que la juventud se acerque más a Dios, con los cultos, besamanos, y todas las actividades que desarrolla la cofradía. Las puertas de nuestra hermandad, por tanto, están abiertas para todos aquellos jóvenes o mayores que se quieran unir a nosotros como nuevos hermanos».
Foto: paseillo.es
Foto: paseillo.es