José Ángel Jiménez Roldán es un manijero que tiene la suerte de vivir la santería de las dos formas más peculiares que caracterizan este arte ya que es tamborero y santero.
Este auxiliar administrativo de 28 años que se estrenaba como santero en el 2006 en Ntro. Padre Jesús Resucitado, pide a su cuadrilla que lo den todo y que disfruten al máximo del Lunes Santo.
P: ¿Cuál es el motivo de esta manijería?
R: A mí de siempre me ha gustado el Lunes Santo. No es un día de los que más importancia le den los santeros, pero la verdad es que me ha gustado de siempre muchísimo este día. A esta Virgen le tengo un especial cariño y me decidí a solicitar la manijería en el 2007. Me dieron la campana en noviembre de 2011. Este año voy a disfrutar de ella junto a mi familia y amigos.
P: Defínete a ti mismo como manijero.
R: Como manijero, uno siempre intenta hacerlo lo mejor posible. La verdad es que es una cosa complicada, a la que le intentas poner todo el cariño. Creo que soy un manijero benevolente, por así decirlo. Intento que la gente se involucre en la santería. Trato inculcarle esta costumbre de nuestro pueblo. Mi objetivo es disfrutar de las juntas con mis amigos ya que llevamos mucho tiempo esperando esta santería.
P: ¿Qué pasos has seguido hasta ser manijero de María Stma. de la Pasión?
R: Cuando escribí la carta, se la di a Francisco Rodríguez Chicano. Me puse a disposición de la cofradía para colaborar en todo lo que quisieran. Ellos me dijeron que aún era muy joven y que buscaban un perfil de manijero más veterano. Esperé bastante tiempo, hasta que vieron oportuno darme la campana. Ahora espero estar a la altura. La Cofradía de la Pasión, es una de las cofradías que más fácil te lo pone para ser manijero. Tienes que colaborar como en todas, pero la verdad es que no exigen tanto. Cuando escribí la carta ellos no me obligaron a nada. Sí tuve que colaborar con cenas, papeletas, loterías, cuando me dieron la manijería. Pero la verdad es que te lo ponen en bandeja para poder disfrutar de esto.
P: ¿Realizas esta manijería por afición o por devoción?
R: Por afición. Me gustan los retos y las cosas difíciles. Ser manijero de este paso es un reto tanto para mí, como para todos los santeros de mi cuadrilla. También por devoción mariana. A mí de siempre me han gustado los palios y decidí involucrarme en este proyecto.
P: ¿Cómo has aviado a tu cuadrilla?
R: Creo que cuando un manijero va en busca de sus santeros, siempre intenta que vayan con él sus amigos, siempre que sean amigos y santeros. La verdad es que de los veintisiete santeros que llevo conmigo, a casi todos los he conocido a través de la santería. Llevo amigos que conozco desde parvulitos, desde el colegio y el instituto. Todos son amigos míos y santeros. Espero que me respondan el Lunes Santo en la calle. Por otra parte, ha habido santeros que he aviado en sus casas, en bares o he ido a sus trabajos. No soy un manijero muy parchoso para esas cosas. Me da absolutamente igual. Lo suyo siempre ha sido ir a aviar al santero a su casa, como se ha hecho toda la vida. Yo lo he hecho como buenamente ha venido y ya está.
P: De aquellos momentos, ¿recuerdas alguno especialmente?
R: Siempre recordaré con muchísimo cariño el día que avié a mi hermano y a mi padre, que tocará el tambor. Ellos son personas muy especiales en mi vida y en mi día a día. Ese ha sido para mí de los momentos más bonitos que hasta ahora he vivido en mi manijería.
P: ¿Cómo empezaste en el mundo de la santería?
R: Mi padre siempre ha estado relacionado con el mundo de la santería, tocando el tambor. Él nunca ha santeado, de siempre le ha gustado tocar el tambor. Fue él quien me involucró en la santería. Toqué por primera vez el tambor en el año mil novecientos noventa. Tenía dos años más o menos y le toqué a la Virgen de Araceli de Córdoba. Desde ahí he ido tocando el tambor prácticamente a todos los pasos de Lucena. Ahora me gusta más santear que tocar el tambor. Por otro lado, mi padre siempre me llevaba a las juntas. En este mundo haces muchas amistades, conoces a mucha gente. Es una de las mejores cosas que tiene nuestro pueblo y espero que no se pierda.
P: ¿Sigues tocando el tambor?
R: Si. Disfruto mucho tocando el tambor. Pero a día de hoy, soy yo el que elije a quién y con quién toco.
P: ¿Cómo ves la santería actualmente?
R: No está mal. Hay cosas de la santería que me gusta más como se hacían antes. Supongo que cuando algo cambia, se intenta que sea para mejor, porque se hace con la mejor intención. Lo único que espero es que la santería no se pierda nunca. Es una tradición que tenemos desde hace muchos años en nuestro pueblo y debemos saber valorarla. No me decanto ni por lo de antes ni por lo de ahora Espero que la gente que sale santeando se ponga la mano en el pecho y que sepa lo que esto le gusta.
P: ¿Cambiarías algo?
R: Cambiaría un poco los intereses que hay. En la santería se hacen amistades, pero hay mucha gente que creo que busca algo más. No soy nadie para oponerme a que la gente haga lo que quiera. Yo santeo porque a mí esto me encanta. Si a un manijero le conviene o tiene interés en venir en busca mía, las puertas de mi casa están abiertas y saldré gustosamente. Yo no busco nada con la santería, solo busco disfrutar, hacer lo que me gusta y poder.
P: ¿Qué criterio has seguido para darle los sitios a tu cuadrilla?
R: Llevo muchos amigos y buenos santeros. He intentado como manijero hacerlo lo mejor posible. Para dar los sitios, he dado prioridad a la experiencia y después la amistad. Creo que es lo normal, mirar la experiencia. Hay que ver la mejor manera de vestir el santo y que así quede lo más compensado posible. Sé que a lo mejor me habré equivocado en algo. El manijero es quién acierta y quien se equivoca. Ya se verá ese día.
P: Algo en que harás especial hincapié para que salga como tú quieres el Lunes Santo.
R: Me ha gustado siempre que a una Virgen de palio se le muevan las bambalinas. En eso quiero poner mucho empeño. La cuadrilla debe saber que hay que andar con ella y que hay que ir lo más creciditos posible. A cada uno de mis santeros le he dicho que en esta santería hay que ponerse la mano en el corazón. Quiero que cada uno tenga la vergüenza y la dignidad de darlo todo por el manijero. Ayudar siempre al que lleva delante y al que va detrás. Si esto se cumple no va a haber ningún problema.
P: ¿Qué parte del recorrido ves con mayor dificultad?
R: Pienso que el Lunes Santo tiene partes de gran dificultad. Desde que sales hasta la Plaza Nueva, es un recorrido bonito y santero. La parte de correos o el coso, los últimos años se queda esta cofradía un poco sola. Para mí la parte más difícil es el segundo tramo de la calle el Peso. A partir de ahí solo acompañan a los santeros las familias. Los santeros tienden a relajarse pensando que esto está todo hecho y ahí es cuando viene lo más complicado.
P: ¿Cuál es la parte que más te gusta?
R: La parte que más me gusta es sin duda la calle Las Torres y la Cuesta del Reloj. Es el sitio más santero.
P: ¿Qué importancia le das a la estética del santero?
R: Creo que lo importante es que el santero vaya trabajando. El santero debe defender su sitio y ayudar al que lleva delante, detrás, a su esquina y la cuadrilla. Son siete santeros a una y las cuatro esquinas juntas. Si todo eso se cumple no creo que haya ningún problema.
P: ¿Crees que el santero tiene que tener una preparación física para desarrollar su función bajo la madera?
R: Sobre todo es importante para el día después, porque tienes agujetas hasta debajo de la lengua. Te hablo por mí. Yo físicamente no estoy muy preparado, pero siempre que he santeado he intentado hacerlo lo mejor posible. Creo que he defendido mi sitio y lo he hecho defendiendo la cara del manijero al cien por cien. Después al día siguiente estás más pachuchillo, pero bueno, se va pasando. Si el santero va más preparado, por supuesto tiene más ventaja que el que no lo vaya.
P: Algo que recomendarías a los aficionados a la santería que no se perdiera de tu manijería.
R: Me gustaría que la gente pudiera ver nuestras juntas. Me recuerda mucho a las santerías que yo viví hace mucho tiempo. Hay muchísimo respeto en el cante y en el saber estar. Eso me ha marcado muchísimo. Después en la calle que decida la gente de Lucena. Nosotros lo vamos a hacer con todo el cariño y devoción del mundo. En la calle hay muchas cosas que harán que lo hagamos muy bien o que terminemos más hartos de la cuenta. Pero bueno, hay santerías buenas y malas. Los santos salen y se encierran. La vida sigue y ya está.
P: Hasta el momento, ¿qué destacas positivamente de ser manijero?
R: Un manijero tiene muchas responsabilidades, muchos quebraderos de cabeza y problemas que intentas solventar sobre la marcha. El vaso se va llenando gotita a gotita y llega un momento en que te sientes un poco saturado. Yo he tenido mis alegrías y eso es lo que compensa. Si pones en una balanza lo malo y lo bueno, siempre te quedas con lo bueno. Tengo unos santeros que ni en mis mejores sueños me hubiera imaginado tener. Todos se están portando conmigo muy bien. Se vuelcan al máximo en cualquier cosa que necesito. Eso es lo que a uno le llena y te hace sentir respaldado. El día clave es el Lunes Santo, y ahí es donde todos van a tener que dar la cara. Estoy seguro que van a dar todo lo que tienen por mí.
P: ¿Cuál crees que es el número adecuado de juntas?
R: No me gusta saturar a la gente. Creo que con cinco juntas está bien. Después si quieres dar algunas copas o algo para juntarse y echar un rato de tertulia, pues perfecto.
P: ¿Desde qué junta ves oportuno que un manijero empiece a hablar de la santería?
R: Creo que en cada junta tienes que ir inculcando a tus santeros lo que quieres. Ir hablando del paso y lo que más o menos quieres hacer. Pero dejarlo muy claro, veo bien que se haga en las últimas juntas. Ahí están los santeros más receptivos y motivados. Así lo van a tener más reciente.
P: Un consejo de santería que alguien te dio y que nunca olvidas.
R: Mi abuelo materno me dijo: “En el momento que un santo te coma la moral ya se ha dado contigo”. Creo que un santero cuando vaya a santear debe ir concienciado a dar el cien por cien. Debe ser consciente que se pasan momentos buenos y malos. Si los malos los vas disfrutando y anímicamente los vas llevando bien, creo que eso es señal de triunfo.
P: ¿Qué opinas de los santeros que santean más de una vez en Semana Santa?
R: Es algo respetable. El que se encuentre que va a dar el cien por cien tanto en uno como en otro, por mí perfecto. A mí nunca se me ha dado el caso, pero si algún día ocurriera y pudiera hacerlo, lo haría. Lo malo es que hay muchos eventos, muchas cosas en las que tienes que cumplir tanto con un manijero como con otro y eso es complicado hoy en día. Yo lo veo completamente respetable.
P: Una santería de la Virgen de la Pasión que sea referente para tu manijería.
R: En los últimos años se le han hecho buenas santerías, aunque los santeros terminan hartos, porque es un santo de dimensiones considerables. Me quedo con varias santerías. De todos he aprendido algo. Me gustó mucho cuando la mandó Antonio Somé, Jesús Jiménez y también la de Juan Antonio Mora. Cada una tiene cosas que me gustaron mucho. Intentaré darle mi toque personal y diferente.
P: ¿Qué crees que está ocurriendo en la actualidad para que a día de hoy se encuentren algunos pasos de nuestra Semana Santa sin manijero?
R: Bajo mi punto de vista, porque no hay tantos santeros para tantos santos. Creo también, que los santeros catalogamos algunos pasos y no queremos salir en ellos. Me da mucha lástima los santos de aquí del Domingo de Resurrección y también los del Carmen. Yo he salido otras veces en el Carmen y ni me da reparo ni me avergüenzo. Creo que la juventud de hoy en día quiere en el momento que se estrena salir en los santos más grandes. En la santería hay que empezar por abajo e ir subiendo poco a poco. Deseo que todos los santos encuentren manijero, que todo el mundo eche una mano y que no se pierdan nuestras costumbres.
P: Desde que un manijero te avía hasta que queda el paso en los bancos se viven infinidad de momentos, ¿con cuál de ellos te quedas?
R: Lo que más me gusta es el día que te vistes de santero. Ese día vas a dar la cara por tu manijero y por toda la gente con la que has hecho amistad en el transcurso del año. Pienso que el culmen de todo es el día de la Estación Penitencial. Todo santero debe estar preparado y concienciado de a dónde va y lo que va a hacer. En una Estación Penitencial hay que guardar respeto, saber estar y darlo todo por el manijero, que te ha aviado y te ha dado la mano para compartir esa santería con él.
P: ¿Crees que en una santería tiene que ir todo pensado o dejar algo a la improvisación?
R: Nuestra Semana Santa tiene la peculiaridad que todo es improvisado. Nosotros no ensayamos nada. Por eso quizás hay ocasiones en que las cosas no salen tan bien como uno espera. Creo que hay que tener una previsión de lo que quieres hacer. Como siempre se ha dicho aquí en Lucena, la calle es la que manda y es la que nos permite hacer unas cosas u otras.
P: Háblanos de tus tambores
P: ¿Sabes ya el paso que va a llevar la Virgen de la Pasión?
R: Si te digo la verdad no me he parado mucho a pensarlo. Llevo grandes tamboreros para que marquen el paso y no creo que tengamos ningún tipo de problema. Lo único que pido es que a la Virgen se le mueva el palio e intentar llevarla lo menos “amorcillada” posible. Tenemos que intentar en esta santería andar y disfrutarla. En mis tambores pongo la responsabilidad.
P: ¿Cómo se vive la santería desde el tambor?
R: Hay momentos que los vives como si fueras un santero y momentos que te notas algo desplazado. Yo he tenido más momentos buenos que malos en todas las veces que he tocado. Cuando he tocado con mi familia, hemos intentado estar en las juntas como los santeros, intentando ser uno más. Tocando el tambor disfruto mucho y más cuando ves a los santeros contentos contigo. Uno se siente orgulloso de que haya manijeros que quieran que les toques tú el tambor.
P: Un consejo que le darías a un santero que salga este año por primera vez.
R: Pues que haga lo que yo hice, disfrutar. Uno no sabe si lo van a volver a aviar, o cuantas veces vas a tener la suerte de salir. Si le gusta de verdad, de corazón y le gusta la Semana Santa, pues que no se pierda la oportunidad de santear. Que mire por su manijero, que tiene muchos quebraderos de cabeza. Que vaya pegadito a su esquina y al manijero.
P: ¿Algo más que añadir?
R: Quiero agradecer a mi cuadrilla el apoyo que me están dando. Este año no se me va a olvidar nunca. Quiero disfrutar al máximo y quiero que ellos también disfruten. Al pueblo de Lucena me gustaría decirle que se vuelque con la santería y con nuestras tradiciones. Que disfrutemos de lo que más nos gusta, que es la Semana Santa. Muchas gracias a paseillo.es por darme la oportunidad de comentar como se está desarrollando mi manijería. Gracias.
Foto: paseillo.es