José Antonio Moreno: “Pocas cosas se le pueden hacer a la Columna diferentes de su paso”

14 de Febrero del 2016

José Antonio Moreno López es un cofrade de la Columna, que después de veintiséis años formando parte de esta, tendrá el honor de tocar la campana de su Cristo el próximo 24 de marzo.
Este recepcionista de cuarenta y cinco años, que se estrenaba en 1985 en Ntro. Padre Jesús Resucitado, está disfrutando su manijería de una forma especial y distinta a la del pasado año de María Stma. de la Paz y Esperanza, destacando el nerviosismo de sus santeros desde que escuchan el toque del torralbo en sus juntas.
En la entrevista que realizamos en la Parroquia de San Mateo al manijero de Ntro. Padre Jesús Amarrado a la Columna 2016 (http://paseillo.es/trono/ntro-padre-jesus-amarrado-a-la-columna/536), volvía a compartir con nosotros momentos siempre intensos, en los que muestra pasión por los titulares de su cofradía y sus intenciones para el próximo Jueves Santo.
 
 
PREGUNTA: ¿Cuál es el motivo de esta manijería?
 
 
RESPUESTA: Desde que empiezas en esta cofradía, siempre aspiras a ser manijero de sus titulares. El año pasado fui manijero de la Virgen de la Paz y Esperanza y este año lo seré del Cristo.
 
P: ¿Has sido más veces manijero?
 
R: Antes de ser manijero de la Esperanza, ya había sido del Stmo. Cristo de la Salud y Misericordia “Silencio”.
 
P: Defínete a ti mismo como manijero.
 
R: Lo estoy disfrutando al maximo. Esta manijería es muy distinta a la Esperanza. La Esperanza es más señorial, son juntas más serias y en estas te hierve la sangre. Como os he dicho lo estoy disfrutando al máximo y mis santeros también.
 
P: ¿Qué pasos has seguido hasta ser manijero de Ntro. Padre Jesús Amarrado a la Columna?
 
R: Trabajar, trabajar y trabajar en esta cofradía. Han pasado diez años desde que solicité la manijería. Cuando entré en la junta de gobierno no tenía pensamiento de solicitar las manijerías, pero van pasando los años y te van entrando las ganas. Para ser manijero de estas imágenes hay que colaborar con la venta de lotería, cenas y estar pegado a la cofradía.
 
P: ¿Realizas esta manijería por afición o por devoción?
 
R: Por devoción.
 
P: Háblanos de tu experiencia del pasado año como manijero de la Virgen de la Paz y Esperanza.
 
R: Guardo muy buenos recuerdos, sobre todo de la santería en la calle. Siempre vas con la cosa de ver cómo va a salir todo, con el pellizco de cómo saldrá la salida, la calle Flores y las partes más complicadas. Cuando llegamos Santiago, la satisfacción que tenía no era normal.
 
P: ¿Has vuelto a aviar a tu cuadrilla después de la santería de la Esperanza?
 
 
R: Los he vuelto a aviar. Prácticamente he seguido el mismo criterio que en la Esperanza. He aviado amigos, santeros, y gente que le guste.
 
P: ¿Cómo empezaste en el mundo de la santería y de dónde te viene esta afición?
 
R: Yo era el típico niño que jugaba con las estampitas de los santos y hacía mis recorridos en casa. Cuando llegó la edad de estrenarme, estaba deseando y salí por primera vez con quince años recién cumplidos. Mi padre fue santero y manijero y de ahí me viene toda la devoción y la afición.
 
 
P: ¿Cómo ves la santería en la actualidad?
 
 
R: La veo bien, no la veo mal. Comparándola con la de hace unos años, veo a los santeros más inquietos a la hora de aviarlos y dar los sitios. Veo que la santería sigue una línea. La veo bien.
 
P: ¿Qué cambiarías de la santería actual?
 
R: No cambiaría nada. He visto aspectos que han cambiado y me alegra. Antes había que estar en una junta hasta que amanecía y había más borracheras. Veo que la gente se comporta mejor en ese aspecto.
 
P: ¿Qué criterio has seguido para dar los sitios a tus santeros?
 
R: Ha sido el mismo que la Esperanza, excepto los sitios típicos que tienes que mover, porque van cuatro santeros menos. Me he guiado por la altura, la estética y buscando el sitio que mejor le venga a cada uno.
 
P: ¿Has cambiado mucho los sitios respecto al año pasado?
 
R: Han cambiado tres sitios solamente.
 
P: Algo en que harás especial hincapié para que salga como tú quieres el Jueves Santo.
 
 
R: Voy a decirles a mis santeros lo mismo que les dije en la Esperanza. Les pido mucho respeto, y que le echen todo lo que tengan que echarle. También les pediré que estén muy atentos a las horquillas, por el estado de las calles.
 
P: ¿Hay algún punto del recorrido que ves con mayor dificultad?
 
R: La calle Flores. La veo más complicada incluso que la salida de la iglesia.
 
P: ¿Y la parte que más te gusta?
 
R: Cuando entra a su barrio. Cuando entra a la calle Ancha.
 
P: ¿Crees que el santero tiene que reservarse para los momentos más difíciles de una santería?
 
 
R: El santero de la Columna tiene que ir desde primera hora dándolo todo. Desde que sale el Señor por las puertas hasta que llega otra vez, tiene que ir al cien por cien. Se trabaja mucho, son muchas horas y hay que estar trabajando las seis horas que estamos en la calle. No te puedes dormir en ningún momento.
 
 
 
P: ¿Qué importancia le das a la estética del santero?
 
R: Hoy todo el mundo se suele vestir en condiciones. No creo que el manijero tenga que estar pendiente de la estética de los santeros. Hoy en día no hay que decirle a ningún santero cómo tiene que vestirse, todos saben lo que hay que hacer
 
P: ¿Crees que el santero tiene que tener una preparación física para desarrollar su función bajo la madera?
 
R: No. Porque estés más preparado en un gimnasio, no vas a poder más que el que no hace nada. Al santero que le gusta y sabe, coge su postura y da igual que esté preparado como que esté sin preparar. Siempre ayuda un poquito si haces un poco de deporte. El primero que lo hago soy yo, aunque no tiene que ver nada.
 
P: Algo que recomendarías que nadie se perdiera de tu santería.
 
 
R: El momento que entremos en la calle Ancha. Desde la calle Ancha hasta que entre a Santiago lo pienso echar todo, para que lo disfrute todo el mundo.
 
P: ¿Qué destacas positivamente de ser manijero?
 
R: Ser manijero de la Columna tiene muchas cosas, muchas ventajas. Todo el mundo te para, te habla, pero independientemente de eso, es como cualquier santero que vaya a la Columna. Todos los santeros que van a la Columna son agraciados en eso.
 
P: ¿Y algo negativo?
 
R: Tener que quitar los cuatro santeros de la Esperanza, aunque cuando los avías se avisa con bastante tiempo que no saldrán en la Columna. A parte de esto, nada.
 
P: ¿Cuál crees que es el número adecuado de juntas?
 
R: Creo que no hay que hacer muchas. En esta santería tienes copas cada miserere de cuaresma y no se debe agobiar a los santeros. Creo que con seis juntas puede estar bien.
 
P: ¿Has santeado alguna vez en el Cristo de la Columna?
 
 
R: Sí, una vez más.
 
P: ¿Qué destacas de aquella santería?
 
R: Fue un año muy bonito. Lo disfrutamos mucho, aunque a la hora de la salida estaba lloviendo e hicimos un recorrido muy corto. No se disfrutó como se tenía que disfrutar. No tuvimos mucho tiempo, porque había amenaza de lluvia otra vez.
 
 
P: Habiendo vivido esa experiencia, ¿qué recomiendas a tus santeros que no se pierdan de esta santería?
 
R: Les estoy diciendo que no se pierdan nada, desde el momento que se mueva el señor de los bancos hasta que se vuelva a encerrar. Les pido que disfruten todo el camino. Por suerte esta santería es diferente y es un paso en que se puede disfrutar mucho.
 
P: ¿Qué crees que hace esta santería diferente?
 
R: Esta santería es muy liviana. Solamente en el momento que empieza a tocar el torralbo en las juntas, pegas un bote de la silla. Estas juntas son muy alegres, muy vivas y se viven muy bien. Son unas juntas más nerviosas que las que dimos el año pasado en la Esperanza.
 
P: ¿Desde qué junta ves oportuno que un manijero empiece a hablar de santería?
 
R: Cuando llega la cuaresma hay que empezar a recalcarlo todo. Hay que recomendarles que tengan sus juntas esquina y hablen entre ellos, para que vayan más o menos las cosas atadas.
 
P: Un consejo de santería que te dio alguien y que nunca olvidas.
 
R: Me dijeron que un santero tiene que ser humilde, saber lo que hay que hacer, dónde hay que estar y no perder nunca la cabeza por ser más ni menos.
 
P: ¿Qué opinas de los santeros que santean más de una vez en Semana Santa?
 
R: Nunca he sido partidario, ni lo aconsejo. Yo lo hice una vez cuando era más joven. No disfrutas una cosa ni la otra. No se disfrutan las juntas ni la santería. Yo no lo aconsejo. Cada uno es libre de hacer lo que le dé la gana, pero yo no lo aconsejo.
 
P: Dinos una santería del Cristo de la Columna que sea referente para tu manijería.
 
R: Me gustó la santería de Pepe “El Tábarro”, la de “Brillantina” y la de Manolo Arroyo. Me han gustado varias más, pero esas me gustaron mucho.
 
P: ¿Qué crees que está ocurriendo en la actualidad para que a día de hoy se encuentren algunos pasos de nuestra Semana Santa sin manijero?
 
R: A parte de cómo están los tiempos, aunque gracias a Dios parece que están cogiendo su cauce, es también porque nos pegamos más a los pasos de toda la vida, a los pasos grandes como se suele decir. Las cofradías que han empezado después, las estamos dejando más atrás. Creo que poquito a poco se pondrá cada cosa en su sitio. A ver si la cosa cambia y nos animamos todos a mandar santos.
 
P: Desde que un manijero te avía hasta que queda el paso en los bancos se viven infinidad de momentos, ¿con cuál de ellos te quedas?
 
R: Me gusta mucho la junta sitios y la junta marca. Me encanta el momento en que te entregan la túnica. Para mí son las dos juntas más bonitas que tiene una santería.
 
P: ¿Crees que una santería debe estar medida desde el principio o se debe dejar algo a la improvisación y a lo que vaya surgiendo en la calle?
 
R: Tienes que llevar muchas cosas pensadas y vistas, pero después la calle es la que manda. Puedes ir con una idea y al llegar al sitio que tienes pensado, no puedes hacerlo. Puedes llevar muchas cosas calculadas, pero después la calle es la que te pone en tu sitio.
 
 
P: Háblanos de tus tambores.
 
R: Mis tambores son Marchena, Cristóbal “Maripepo” y José Luis Calvillo. El año de la Esperanza se portaron muy bien y en la Columna creo que van a dar más todavía.
 
P: ¿Has hablado ya con ellos del paso que tienes pensado?
 
R: Ahora mismo no he hablado nada con ellos, ni me he planteado todavía nada. Pocas cosas se le pueden hacer a la Columna diferentes de su paso. Es un paso alegre, botado y “sueltecito”. No os puedo decir nada más, porque todavía no lo tengo hablado.
 
P: ¿Crees que el toque del torralbo influye en el santero a lo largo de la santería?
 
R: Mucho. En una junta están sentados y en el momento en que el torralbo toca, cambia la junta por completo. Los veo como se agarran a la silla por no levantarse, están chirriando los dientes y cambia mucho. El torralbo da mucha vida, por eso digo que son unas juntas muy distintas las de la Esperanza a las de la Columna.
 
P: ¿Qué diferencias hay entre la santería que hace la delantera a la trasera de la Columna?
 
R: La trasera tiene que darle al Señor su movimiento, y la delantera tenemos que aguantar lo que nos echen. Santeando en el mismo paso, parece que estamos en dos distintos. Delante hay que aguantar y atrás hay que trabajar.
 
P: ¿Qué indicaciones darás a tus santeros para realizar la salida de la Parroquia de Santiago?
 
R: Lo que más les voy a recalcar a la hora de salir por la puerta, es que vayan bien abrochados. Que no vayan a pisarse unos a los otros, porque puede ocurrir una desgracia. Hemos visto algunos años que se han quedado hombres atrás. No os puedo contar más.
 
P: Como miembro de la junta de gobierno, ¿puedes decirnos si a la cofradía le gusta que el Cristo de la Columna salga corriendo?
 
R: A la cofradía le gusta, pero es verdad que siempre tenemos la cosa de que hay mucha gente. Hay manijeros que les gusta salir corriendo más y otros corriendo menos, pero el peligro siempre está ahí.
 
P: ¿Crees que esto cambiará con el tiempo?
 
R: Eso ya se ha marcado así y es muy difícil que cambie. Hace poco tiempo hubo un manijero que salió más despacito. Eso se hará siempre según el gusto de cada uno y hay que estar muy pendientes. Pasa como en la calle Flores, que la gente no se quita. La cofradía vamos avisando para que dejen sitio, pero la gente no se quita. Es algo muy difícil de cambiar.
 
P: El paso de la Columna suele ir rodeado por mucho público en gran parte del recorrido, ¿qué les dirías a esas personas?
 
R: Aunque ese público anima bastante al santero, deben de ser conscientes que estamos a su lado y al menos que nos dejen un espacio de trabajo. Puede hacer un día de calor y les pediría que nos dejen un poco de espacio para respirar. Sabemos que este Cristo “tira” mucho, pero hay que mentalizarse que hay que dejar un espacio de trabajo para el santero.
 
P: ¿Algo más que añadir?
 
R: Desde aquí desearle al pueblo de Lucena que disfrute el Jueves Santo de la santería que vamos a hacer. Como os dije en la entrevista de mi manijería de la Esperanza, esta santería también va dedicada a mi padre. Muchas gracias a ustedes por esta entrevista. Gracias.
 
 
 
Foto: paseillo.es

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