La Archicofradía del Carmen, tras la celebración del triduo en honor a sus titulares, celebró ayer el pregón de Pedro Manuel Centella Ramírez, que fue presentado por Antonio Cabrera Navarro.

El hermano mayor de la archicofradía, destacaba en su presentación las profundas convicciones cristianas del pregonero, así como su función de catequista en la Parroquia del Carmen. Exaltador del cincuentenario de la Cofradía del Cristo de los Estudiantes y Ntra. Señora de los Dolores, pregonero y presentador de la Semana Santa y las Glorias de la Virgen de la Estrella de Villa del Río; Pedro Manuel Centella pronunciaba ayer por primera vez un pregón en nuestra localidad.

El pregonero, que en la actualidad ocupa el cargo de vice hermano mayor de esta hermandad, hablaba con Cristo al principio de su intervención, compartiendo en este diálogo recuerdos de su niñez, los primeros pasos en el mundo cofrade y la fe que recibió de sus mayores. «Ser cirineo, si Tú me lo permites/ y con mis versos alfombrarte el camino./ Ser peregrino detrás de Tus pisadas,/ buscando la ilusión de Tu mirada/ la tarde celeste de mi anhelo,/ para que inspiren a este humilde pregonero».

La devoción hacia Ntro. Padre Jesús de los Reyes en su Entrada Triunfal en Jerusalén de su localidad de Villa del Río y a la “Pollinita del Carmen”, impulsaba a transmitir su aliento a los más jóvenes para acompañar el Martes Santo con ramas de olivo y palmas a Ntro. Padre Jesús en Su Entrada Triunfal en Jerusalén. «Y a vosotros personas mayores os pido una oración por nuestros niños, por su futuro que es el nuestro, por su fe que debería ser la nuestra y por quienes vendrán después de ellos y creerán y amaran por la fe y el amor que le hayamos transmitido en esa iglesia doméstica que debe ser la familia».

En la serenidad que transmite el Cristo de la Humildad, el pregonero encontraba a las personas más desfavorecidas y que en la actualidad sufren por diversos motivos. «Ver al Señor de la Humildad por nuestras calles el Martes Santo es un recuerdo de lo que padeció, una profecía de lo que seguirá padeciendo hoy en nuestros hermanos más necesitados».

Para afrontar nuestra fe y la de quienes atraviesan por situaciones desesperadas, Centella destacó la importancia de orar, valorar la eucaristía y los sacramentos.

Ensalzando la humildad de la bellísima dolorosa de esta cofradía, recordó el pregonero a las víctimas de la violencia y a todos los que sufrieron en vida el dolor humano y que hoy disfrutan del premio eterno. La cuadrilla de la titular mariana de la cofradía recibía también el apoyo del pregonero para el Martes Santo. «Cuando sacáis la imagen de nuestra Señora, estáis nada más y nada menos que acercando al pueblo de Lucena su madre y reina. Reina por ser madre del príncipe de la paz y madre por reina de la esperanza en el amor hecho hombre, a quien dio la vida».

Pedro Manuel relacionó la repercusión de nuestras pequeñas obras con en el esfuerzo que cada santero puede realizar en una santería. «Yo no hablo de grandes obras, si no de todas, hasta las más pequeñas, hechas eso sí con sincero amor. Yo comparo esas buenas obras sencillas con el horquillo que cada santero debe de seguir…ritmo pequeñito pero forzado, fruto de la energía individual, pero en armonía con la del compañero de varal, insignificante por si sola, pero hermosa en el resultado conjunto de la cuadrilla».

Finalizaba el pregón nombrando a María Stma. de Araceli en un poema dedicado a la Madre de Dios, en las distintas advocaciones a las que profesa su devoción, donde quedaba patente el fervor mariano del pregonero. «¡A ti Madre Bendita de Araceli./ Tenme siempre en la memoria,/ y si Dios así lo quiere/ dame un trocito de cielo/ y nos vemos en la Gloria!»
 

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